Ten cuidado con las fake news de la salud. Tu vida corre peligro

Criticar, comprobar y concluir, es lo que debes hacer antes de compartir cualquier información referente a la salud.

Por: Kenia Meza

¡No seas hipocondriaco! Cuando veas una noticia de salud es mejor que critiques, compruebes, y concluyas antes de creer todo lo que lees.

El gusto por la investigación lo tiene cualquier ser humano cuando detecta la presencia de una posible anomalía en su cuerpo. Rápidamente se detalla el padecimiento en el buscador del ‘doctor en línea’, San Google para algunos, y se encuentra un resultado que te dice que ese granito puede ser cáncer, o que un brebaje te sanará de tu enfermedad, o una crema milagrosa. ¡Alerta! podrían ser fake news de la salud.

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En la era digital, tener contenido a tan solo un clic de distancia facilita e incentiva la investigación para los usuarios. Sin embargo, el mundo de la información también se convierte en una desventaja.

Hay notas que se visten como de información seria y son falsas. En las noticias puede ser desastroso, pero tratándose de notas o indicaciones relacionadas con la salud puede ser grave o hasta mortal. Por eso es bueno aprender a usar la herramienta del Internet.

El pediatra Giordano Pérez Gaxiola exhorta a la sociedad a prestar atención al detalle, antes de tomar remedios, prácticas, consejos, o compartir cualquier información médica dentro de la web.

El problema que presenta el Internet en este tópico es la intención de búsqueda del usuario. Puesto que, “si tú buscas con cierta intención, vas a encontrar lo que tú quieras. Si ya traes una predisposición a querer saber algo, tienes una idea o tienes una preferencia, tú vas a encontrar resultados que a ti te gusten”, comenta con certeza el médico pediatra.

“Por naturaleza humana, vas a leer cosas que van de acuerdo a tus creencias. Y vas a estar de acuerdo con cosas que están de acuerdo con tus creencias”, afirma Giordano Pérez Gaxiola.

Fake news de la salud

Entonces, ¿qué sucede cuando algún familiar, amigo o persona muy cercana, te comparte información médica y ésta es incorrecta?

Giordano Pérez, autor del libro "Historias de Terror para Mamás" sobre mitos de salud infantil, puntualizó que el simple hecho de recibir día a día consejos de salud en Internet o por parte de seres queridos, pudiera ser peligroso. Para ejemplificar el caso, citó dos artículos que contienen información errónea; uno de ellos señala que “la quimioterapia es la peor equivocación médica” y el segundo es “que las vacunas causan autismo”.

¿Te has puesto a imaginar la escena de una persona que es diagnosticada con leucemia y su hermana le muestra el artículo referente a la quimioterapia, y decide prolongar el inicio del tratamiento? Esta decisión pudiera tener consecuencias fatales para la persona, dice el galeno con preocupación.

Y, en el segundo caso, el impacto del mito referente a las vacunas y el autismo se está reflejando en muchos países en la actualidad. Un claro ejemplo es la epidemia de sarampión en Estados Unidos, con 940 casos registrados en lo que va del 2019, lo que significa que es el peor brote de la enfermedad desde el año 1994, puntualizó.

A causa de los mitos y la crítica de las personas en redes sociales, quienes deciden otorgar fiabilidad a un artículo solamente por el número de likes que tiene, se provoca este tipo de consecuencias.

¿Cómo combatir las fake news de la salud?

En entrevista para Tus Buenas Noticias, el pediatra Giordano Pérez platicó la experiencia que se tuvo durante la campaña realizada por el Hospital Pediátrico de Sinaloa, en redes sociales, donde se invitó a la sociedad a considerar 4 pasos antes de compartir cualquier información de salud en Facebook.

Aquí lo 4 pasos para comprobar notas falsas y verdaderas:

  1. Critica: “Si lees algo en Internet sobre la salud, critica. Simplemente léelo (...) revisa quién lo escribe, de dónde viene y cuál es la fuente”.

  2. Comprueba: “Si es algo que puede ser controversial en la salud, con más razón comprueba”. Y esto lo tienes que hacer en fuentes oficiales como la Organización Mundial de la Salud, el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), la Colaboración Cochrane, la Fundación Epistemonikos o en la Secretaría de Salud.
  3. Concluye: No ‘alborotes a la bitachera’, si te interesó comparte tu opinión y no lo hagas simplemente por hacerlo.
  4. Comparte: Una vez analizada tu respuesta, si estás a favor o en contra, comparte la publicación.

Con 13 años de experiencia en la especialidad de pediatría, ser socio numerario de la Academia Mexicana de Pediatría y permanecer al Sistema Nacional de Investigadores (SNI), Pérez Gaxiola recomienda buscar información en sitios oficiales dedicados exclusivamente a la medicina e intervenir en la infancia.

A causa de las creencias arraigadas por las personas, Giordano Pérez destacó la importancia de enseñar a los infantes a ser críticos con información referente a la salud.

En este punto citó un estudio realizado en Uganda donde participaron 10 mil niños (1). El resultado demostrado fue que a pesar de no conocer el idioma inglés, niños desde los diez años de edad aprendieron a evaluar afirmaciones sobre tratamientos. Incluso, un año después, los niños mantuvieron su pensamiento crítico.

Aunque la persona critique, compruebe y concluya lo leído, no puede tomar una decisión sin la opinión de un médico especialista. Por lo que, “si un paciente dijo que leyó en Internet, como médicos debemos ser receptivos para hablar con la persona”, ya que el individuo investiga en búsqueda de su bienestar.

En lugar de basarte en el número de likes o de compartidos que pueda tener una publicación, lee la información y busca más datos en fuentes oficiales. Evita hacer ‘cundir el pánico’; es mejor propagar contenido verídico y evitar compartir información errónea. Es por tu salud y los tuyos, con eso no se juega.

Referencia

(1) Allen N, et al. Effects of the Informed Health Choices primary school intervention on the ability of children in Uganda to assess the reliability of claims about treatment effects: a cluster-randomised controlled trial. The Lancet. 2017.

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Imagen: Christian López.