La pérdida de su tío y su mejor amigo, un preinfarto y trabajar con narcóticos, son experiencias de vida que puede relatar Renato Mendoza; quien sirve de ejemplo para definir gran parte del precio que se paga por ser consumidor.
Por: Kenia Meza
La culpa y el remordimiento son armas que destruyen la mente de las personas. Y si le sumas drogas, encuentras un túnel sin salida. Eso fue lo que le sucedió al tío de Renato Mendoza, un hombre que le puso fin a su vida porque no encontró otro camino. Renato platica su historia y la forma en la que este mundo lo arrastró a él también.
“Me levantaba y si no consumía no podía hacer nada. Necesitaba una dosis para poder pararme de la cama, andar en la calle, para poder mantenerme despierto. Siento que me quedé detenido en el momento en que empecé a consumir (...) No me di cuenta que tenía un problema hasta que me quedé solo (...), recuerdo que era bien constante en mi pensamientos suicidas”.
“¿No pasa nada?” se pregunta la asociación Malala Academia en relación a los efectos de las drogas en los jóvenes, en sus familias y en su ciudad. Y para mostrar la realidad de este mundo, nos comparte el séptimo testimonial de la serie.
Con esta campaña de prevención, Malala Academia busca generar conciencia sobre el consumo de drogas, el daño que provoca, y todo lo que pierden las víctimas de las drogas.
De esta manera, exhorta a la sociedad, medios de comunicación e instituciones a sumarse para disminuir los niveles de drogadicción en México. Y tú, ¿crees que “No Pasa Nada”?.
La pérdida de su tío y su mejor amigo, un preinfarto y trabajar con narcóticos, son experiencias de vida que puede relatar Renato Mendoza; quien sirve de ejemplo para definir gran parte del precio que se paga por ser consumidor. Hoy, presume de una madre amorosa, que también fue hermana, que le recuerda que su tío no quiere que termine como él.