Las langostas de Charlie, un símbolo gastronómico en Altata

Si quieres probar algo diferente, tienes que deleitarte con las langostas de MI Charlie.

Por: Jacqueline Sánchez Osuna

Carlos Torres tiene un cuarto de siglo deleitando con sus mariscos en el puerto, innovando en la cocina, pero es único con sus langostas.

Como cada día desde hace 25 años, Carlos Torres se prepara para recibir a sus comensales. Tiene un ritual de actividades cotidianas que repite todos los días, lo único que cambia son las caras satisfechas de su creciente clientela.

La señora Raquel Aragón, es la encargada de poner el ritmo en la cocina de Mi Charlie.

Las langostas que se sirven en el restaurante, son únicas y exquisitas. Un deleite al paladar.

Cada día ayudaba a preparar los platillos con los mariscos más frescos que su padre proveía. Tan solo tenía 12 años de edad cuando ya cargaba con la responsabilidad de preparar platillos de alta dificultad.

Sus nietos Allison y Charbell son los herederos de la sazón del abuelo.

Y como todo talento se debe compartir para que no se pierda, Carlos ha elegido a uno de sus nietos para heredarle las habilidades de la preparación de su receta secreta de Langosta Reina.

Charbell de 13 años es el único de la familia que conoce la preparación de manera tan meticulosa. Poco a poco acompaña a su abuelo en este camino culinario.

También Allison, hermana gemela de Charbell es heredera de ese toque especial, pero en todos los platillos referentes a la barra fría.

Desde la edad de tres años ambos jovencitos se han metido a la cocina, igual zarandean un pescado y preparan coctelería. 

En Altata Mi Charlie ha hecho del restaurante un estilo de vida para su familia y un deleite para los consumidores. Lo que para ellos es tradición familiar, para los miles de visitantes es la otra cara del mar… con sabor a langosta.

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