Por: Jacqueline Sánchez Osuna
La iglesia de San Francisco de Asís fue construida en el siglo XX con un estilo neoclásico.
En la iglesia de San Francisco de Asís destaca su curioso pórtico con arcos de medio punto que crea una especie de balcón para la ventana del coro y ese par de torres que enmarcan la fachada.
Un trabajo ejecutado con gran maestría por parte de los maestros artesanos.
Se ha mantenido erguida como un fiel testigo de todo lo que por años ha ocurrido a sus pies.
La parroquia de San Francisco de Asís se ha erigido como un ícono histórico y cultural de Navolato.
Ha sufrido varias adaptaciones con el paso de los años, tal y como las transformaciones que han sufrido los que habitan en el lugar.
Sin embargo, ese sentimiento de pertenencia emerge de sus corazones y la anidan como parte de ellos.
Cada 4 de octubre se desarrolla una gran fiesta para celebrar a su Santo Patrono. Y durante todo el año es el recinto de bodas, primeras comuniones, bautizos y una serie de celebraciones religiosas en su interior.
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La gran mayoría de los navolatenses que profesan la fe católica han tenido la oportunidad de celebrar sus convenios religiosos al interior de esa histórica parroquia.
Ahí se resume la historia de la vida de navolatenses. El templo ve pasar desde el nacimiento, bautismo, 15 años, boda y hasta la misa de cuerpo presente, de los que se despiden de este mundo. Es la historia de generaciones.
Incluso las personas que profesan otra fe la reconocen como uno de los íconos más valiosos del lugar.
Imposible pasar por desapercibido la grandeza del inmueble, con sus finos acabados y molduras de gran detalle. No en vano es considerada por los expertos como una de las parroquias más hermosamente labradas en el estado.
Silenciosa y elegante, es el testigo mudo de miles de conversaciones que en la plazuela se celebran. Compañera de dulces promesas y crueles despedidas.
Desde parejas de enamorados jurándose amor eterno, hasta las lágrimas sensibles que emanan del triste corazón de hijos llorando la partida de su madre.
Sin duda la iglesia de San Francisco de Asís es un referente en Navolato.
Enmarca la postal del recuerdo.
Un lugar del que se sienten orgullosos y con una razón justificada. En los corazones de los que la ven al pasar vienen recuerdos familiares.
Las campanadas del reloj no miden el tiempo, sino las historias compartidas.
¿Qué sería de Navolato sin su iglesia?. Seguramente una historia con final diferente. Su arquitectura y su influencia religiosa son orgullo de pertenencia.