En la vida todos deberían tener la oportunidad de disfrutar la serenidad de un bello atardecer en Altata.
Por: Jacqueline Sánchez Osuna
En la vida todos deberían tener la oportunidad de disfrutar la serenidad de un bello atardecer en Altata.
En medio de las adversidades que se presentan en la vida; las responsabilidades del trabajo, la familia, los problemas de salud que la pandemia del Covid-19 ha traído durante los últimos tiempos, han flagelado la estabilidad emocional de las personas.
A todos nos hace falta hacer un alto y reflexionar sobre todo lo bueno que se tiene en la vida. Disfrutar la vida hasta el último momento. Abrir los ojos y ver que hay más cosas buenas en cada situación de las que podemos sentirnos agradecidos.
Cosas tan sencillas como disfrutar la serenidad de un atardecer en Altata. En ese tiempo a solas puedes sentir el viento en la cara, escuchar las gotas de lluvia caer, y sentir la arena de la playa cosquillear entre los dedos de los pies.
Lee esta información: Periódico de Altata Julio-2021
Porque la playa es un lugar encantado; es el lugar ideal para tener esas sensaciones únicas que se viven solo en un encuentro de naturaleza frente al grandioso mar.
Sentarte en la orilla de la playa, y ver cómo va cambiando el tono del cielo cuando se rinde ante el señor Sol.
Esos atardeceres que, ya sea solo o acompañado te llenan de energía para seguir adelante cada día.
Sin duda, uno de los privilegios que puede gozar la gente de Altata, quienes solo tienen que voltear al horizonte para disfrutar de esas experiencias únicas.
Además, gozar de esos atardeceres únicos es una manera de conectarse con la naturaleza y con el mundo en general, alcanzando una sensación de paz y serenidad.
Las tensiones mentales se alejan y la mente se relaja al momento de ver caer el sol.
Y qué decir de ese encuentro con “nosotros mismos”, desconectarte de voces exteriores y hablar con nuestro “yo” más profundo.
Estar ahí, frente al mar te permite crear un contexto de soledad imaginaria, estimulando el alejamiento de los pensamientos negativos.
Cerrar el día en un rojizo atardecer frente al mar es ese momento único que todos deberían tener el privilegio de disfrutar al menos una vez en la vida.