Owen y los recursos naturales de su tiempo

¿Así sería el viaje de la ciudad de México hasta su llegada a Topolobampo aquel lejano año de 1872? La realidad es que poco se sabe, pues Owen no era naturalista.

Por: Dr. Xicoténcatl Vega Picos

Dr. Xicoténcatl Vega Picos | Letras de Vida

Los planes de Owen parecían más sueños que realidades, sin embargo, su visión sobre la importancia del comercio y el trasiego de mercancías de Europa y de Asia a los Estados Unidos de América estaba centrada en la construcción de un Ferrocarril que uniera el puerto de Topolobampo con la frontera norte, en particular El Paso, Texas. En el futuro de este hombre no existían barreras, por el contrario, eran más las ideas y posibilidades las que le aparecían. El encargo que le dejaron los patrones al joven ingeniero Owen fue la de buscar el sitio más apropiado para proponer este nuevo tendido ferroviario.

La travesía de Owen por el Occidente de México en aquel lejano año de 1872, sin lugar a duda fue enriquecedora, pues lo mismo cruzó bosques de pino, encino, de oyamel, bosques mesófilos de montaña, matorrales xerófitos, selva baja caducifolia, pastizales naturales, pastizales de alta montaña y selvas tropicales. En aquellos ayeres todos estos tipos de vegetación eran aprovechados para la subsistencia de los lugareños, incluyendo el aclareo para la siembra de maíz, frijol, calabaza y otros vegetales que los locales consumían. Probablemente pastaba ganado vacuno criollo en compañía de venados que se alimentaban de pastos y hierbas del sotobosque.

Me imagino una travesía por los intrincados caminos, que al cruzar la montañas de la sierra entre los estados de Michoacán y Jalisco se haya topado con el Carpintero Imperial (Campephilus imperialis), el carpintero más grande del mundo endémico a México, que habitó en la zona de pino-encino de la Sierra Madre Occidental, o quizá saliendo de la ciudad de México estuvo presente en los majestuosos bosques de oyamel del Estado de México y Michoacán con miles de millones de Mariposas Monarcas (Danaus plexippus) revoloteando sobre su cabeza, algo que le dejó de tarea al zoólogo Fred Urquhart, quien descubrió estos sitios de hibernación de estas mariposas migratorias casi 100 años después en 1975.

Lee: El sueño de Owen parte 1. Albert K. Owen el visionario de Topolobampo

Los probablemente continuarán en la presente entrega y con el permiso de ustedes seguimos con ellos.

Para Owen pudo ser factible que haya observado o pasado por las extensas planicies costeras que estaban al terminar la zona selvática justo al salir de los lomeríos de lo que ahora es Tepic, Nayarit. Difícil y lentos los caminos que utilizaban los arrieros en esos ecosistemas, pues a la vera de ellos se erguían las espinas traicioneras de las cucas y los vinolos, así como las de las aguamas, entre otras especies comunes de la vegetación tropical caducifolia. En estos bosques se encuentran parvadas de varias especies de pericos, guacamayas, urracas o en su caso huellas de diversos felinos como el Jaguar, Gato Montes, Puma, entre otros.

Si Owen transitó por la zona costera y por los diversos humedales intermareales, que hoy se conocen como Marismas Nacionales, cosa que la considero poco factible, es probable que observará las primeras parvadas de aves playeras migratorias y patos alimentándose durante el invierno, cumpliendo con los rituales migratorios, alejadas de las frías temperaturas del norte o especies locales como garzas y aves terrestres de diversos colores y tamaños. El encuentro con cocodrilos (acutus) podría haberse dado, o se alimentó de pargos, meros, constantinos, ostiones o camarones que sacaron en los tradicionales tajos en algún poblado de pescadores. En ese tiempo todo eso se daba en abundancia pues no se tenía una sobreexplotación de estos productos del mar y los bosques de manglares brindaban las condiciones adecuadas para el crecimiento y protección de toda esa fauna que en ellos se encontraba.

Del tiempo de Owen para acá son 49 las especies de flora y fauna consideradas como extintas en México, un número importante de ellas eran endémicas a diversas islas, especialmente las del Golfo de California. Siguiendo con este posible viaje de Owen es poco probable o factible que se haya encontrado con jaguares, ocelotes, pero sí con parvadas de pericos de varias especies, guacamayas verdes, todas ellas en la actualidad se encuentran en la NOM 059 SEMARNAT 2010 y anexos debido a que sus poblaciones se desplomaron significativamente. Es probable que los pericos y otras especies canoras los hayan atrapado para tenerlos en jaulas, pero las bajas poblacionales de estas aves se deben, principalmente, a la transformación del hábitat.

También en el imaginario podríamos decir que en el poblado de Tequila se haya reunido con los dueños de la destilería la Rojeña donde se producía el tequila José Cuervo, animándolos a exportar una bebida nueva para este aventurero, pues en el año de 1880 se exportaron los primeros cargamentos de la bebida jalisciense al este de los Estados Unidos vía ferrocarril.

¿Así sería el viaje de la ciudad de México hasta su llegada a Topolobampo aquel lejano año de 1872? La realidad es que poco se sabe, pues Owen no era naturalista. Sin embargo, nos permite ilustrar el posible encuentro con especies animales que ya desaparecieron o que en la actualidad se encuentran en problemas, todos estos cambios han sucedido en estos poco más de 100 años desde aquel venturoso viaje que realizó este personaje visionario.

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