El equipo administrador no familiar juega un papel indispensable en el equilibrio y la armonía en la Empresa Familiar. Así como nos pueden sacar adelante, pueden afectar negativamente el progreso de la empresa.
Por: Manuel Díaz
A partir de cierto grado de evolución de la empresa que fundaron papá y mamá, ya los hijos, y los hijos de los hijos, no alcanzan para cubrir los principales puestos ejecutivos en la empresa; y entonces tenemos, en los altos mandos, a personajes que a pesar de no ser familia consanguínea, juegan un papel determinante en la buena marcha y el progreso de la compañía.
Con relación a estos no familiares, te informo:
- Necesitan señales claras y verdaderas de que la empresa es una posibilidad real para su proyecto de vida laboral, a pesar de no ser miembro de la familia propietaria.
- Requieren certidumbre respecto a cuáles son las líneas de progreso laboral a los que se accede por méritos, y cuáles están reservadas a la familia.
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Hay una etapa de la empresa en que estos funcionarios no familiares son factor de riesgo. Me refiero a la sucesión; a ambas: la de la propiedad y la de los mandos. Si el dueño y/o el Consejo de Administración tiene más de una opción para designar al nuevo Director General de entre sus familiares, suelen formarse subgrupos dentro del grupo, alrededor de cada prospecto, con los riesgos de revanchismo o favoritismo al final del proceso de designación.
El equipo administrador no familiar juega un papel indispensable en el equilibrio y la armonía en la Empresa Familiar. Así como nos pueden sacar adelante, pueden afectar negativamente el progreso de la empresa.
No es recomendable restarles importancia.
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