La empresa y la familia -¡ambas!- necesitan un acuerdo firme y oportuno, y a la vez prudentemente flexible, sobre la política laboral que se aplicará a los parientes en el negocio.
Por: Manuel Díaz
Preguntas que quitarán el sueño:
¿Papá; y yo también voy a trabajar en la empresa? ¿Por qué mi primo gana más que yo? ¿Cómo le hago para despedir a mi sobrino? ¿Y si le subo el sueldo a uno de mis hijos, debo actuar igual con los demás? ¿A cuál de mis hijos le doy el puesto que acaba de quedar vacante?
Y la madre de todas las preguntas:
¿Quién de mis hijos será mi sucesor en la Dirección de la empresa?
La empresa y la familia -¡ambas!- necesitan un acuerdo firme y oportuno, y a la vez prudentemente flexible, sobre la política laboral que se aplicará a los parientes en el negocio; acuerdos que te resuelvan anticipadamente:
- Cómo se acepta a un familiar en la empresa: perfil, criterios…
- Cómo se remunera a los familiares: sueldos, prestaciones…
- Cómo se promueve al familiar: por escalafón, por antigüedad, por perfil…
- Y lo más difícil: ¡Cómo se separa al familiar! Márgenes de tolerancia, reacomodos…
Tenlo presente; son 4 temas:
- Aceptación
- Remuneración
- Promoción
- Separación
Algo que me parece importante advertirte:
- Las familias tienen la tentación de medir a sus prospectos laborales con la “vara académica” (licenciaturas, maestrías, etc.). Por supuesto que un elemento muy importante es la capacitación, pero que no sea el factor único; y
- Es bueno para la salud familiar que la decisión en este tema no sea unipersonal, para no lesionar a las ramas de la familia. El Consejo de Administración, un Comité especializado o un Despacho externo, pueden ser una buena opción para resolver estos temas.
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Contacto: Díaz Salazar y Asociados, S.C.