La Sierra de Tacuichamona como zona generadora de agua y desarrollo económico

Aquí se asienta un pequeño valle que es irrigado por las aguas provenientes de esta Área Natural Protegida, que se alimenta de la humedad del océano y de las precipitaciones pluviales que son atrapadas por la cobertura vegetal de esa sierra como si fuera una esponja, para posteriormente ser derramadas a los arroyos que se utilizan para el riego de esas tierras con una alta productividad agrícola.

Por: Dr. Xicoténcatl Vega Picos

Letras de Vida | Dr. Xicoténcatl Vega Picos

Hurgando información sobre la Sierra de Tacuichamona me encontré con una publicación de Howard Scott Gentry de 1947. Me llamó la atención lo que este investigador describe de esa sierra. Haremos un recuento.

En general este botánico describió las condiciones naturales de una sierra en Sinaloa que por su ubicación geológica y geográfica quedó aislada de la Sierra Madre Occidental. En su publicación indica que encontró una cubierta de vegetación de “árboles de pequeño tamaño que persistían en los 3000 pies (914 metros) o más de elevación”.

Era un bosque virgen en donde predominaba un arbolado de 10 a 13 metros de altura. Se deduce que el sotobosque y en general el bosque era cerrado o muy cerrado, pues ocupó de machetes para abrirse paso, de otra manera no se podía. Quién sabe si en la caminada se le subieron los “baiburines” y garrapatas, porque en algún punto dijo que se tenía mucha humedad.

Gentry ya había descrito la vegetación del río Yaqui, en Sonora por lo que mencionó que esta sierra era “más tropical”. Los gradientes altitudinales marcaban los diferentes tipos de vegetación, por ejemplo, entre los 600 a 1,200 msnm encontró parches de un bosque de encino. Atribuyó la presencia y prevalencia de epifitas y otras plantas a la humedad proveniente del océano, pues la zona costera se ubica como a 22 kilómetros del pie de sierra.

El pie de monte o pie de la sierra también fue descrito con vegetación exuberante y abundante, pero con menos dificultades para su tránsito. Me llamó la atención que las lluvias de invierno mantenían a muchos de los árboles o arbustos con hojas nuevas e inclusive algunas las mantuvieron después de la temporada de lluvia. Su viaje fue en febrero, probablemente esas lluvias fueron las que conocemos como “equipatas”.

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El arbolado en los cañones o bosque de galería de la región se mantenía ajeno a la presencia de las “hachas”. Dedujo que ese arbolado era del pleistoceno, al observar árboles de 15 a 18 metros de altura, con lianas, epífitas, bromelias, orquídeas y otras plantas aéreas. Las partes bajas eran arroyos que acarreaban abundante agua.

74 años después de la visita de Gentry, la Sierra de Tacuichamona fue decretada como Área Natural Protegida en categoría estatal. El propósito es proteger todos estos ecosistemas que aún mantiene vegetación en buen estado de conservación.

En el Estudio Previo Justificativo elaborado por Naturaleza y Cultura Internacional, se refiere a la productividad hídrica de la siguiente manera: “asegurará la continuidad de servicios hídricos y la protección de las cuencas, que abastecen a las zonas bajas de la región, en la cual se desarrollan actividades agrícolas, ganaderas e industriales, además de las necesarias para el consumo humano.

Favoreciendo a su vez servicios como el abastecimiento de agua y recarga de acuíferos subterráneos, prolongación de la vida útil de la infraestructura hidráulica, prevención y mitigación de desastres causados por fenómenos meteorológicos que involucran un exceso de precipitación”.

Esto es un claro ejemplo del valor y aporte de la “infraestructura verde” a la productividad agrícola en la entidad. Aquí se asienta un pequeño valle que es irrigado por las aguas provenientes de esta Área Natural Protegida, que se alimenta de la humedad del océano y de las precipitaciones pluviales que son atrapadas por la cobertura vegetal de esa sierra como si fuera una esponja, para posteriormente ser derramadas a los arroyos que se utilizan para el riego de esas tierras con una alta productividad agrícola.

También ejemplifica que el conservar las zonas serranas en nuestra entidad reditúa en beneficios y ganancias económicas. Insisto, voltear a la sierra para dotar de programas de conservación favorecería a los pobladores de esas regiones desamparadas.

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Decretar nuevas áreas protegidas estatales puede ser relativamente sencillo. Lo difícil en su conservación y manejo. Para ello es necesario crear un “fondo estatal del agua” que permita su protección. Delinear programas de conservación y recursos económicos que pueden apuntalar este “fondo de agua” es parte de la estrategia. Los aportes pueden ser gubernamentales o privados para destinarse a sitios específicos con alto valor biológico y con coberturas forestales que ayuden a producir agua.

Promover ese fondo vale la pena y es una buena inversión, pues la protección y conservación de las zonas serranas generaría el agua necesaria que requieren los fértiles valles sinaloenses, además de apuntalar el desarrollo de una zona que se encuentra marginada y arrinconada en una pobreza económica donde, paradójicamente, se genera la riqueza de la entidad.

Contacto: xicovegadirector@aaves.com.mx

https://aaves.com.mx/

Howard Scott Gentry (1947). Sierra Tacuichamona- a Sinaloa Plant Locale. Bulletin of the Torrey Botanical Club 73 (4): 356-362.

Naturaleza y Conservación Internacional. 2017. Estudio Previo Justificativo para la Declaratoria como Área Natural Protegida de carácter estatal en categoría de Reserva Estatal “Sierra de Tacuichamona”.

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