¡No es flan! El encanto de la jericalla radica en su equilibrio perfecto entre simplicidad y exquisitez.
Por: Emiliano Nava Ferriño
La jericalla, un postre tradicional de Jalisco, ha logrado ganar reconocimiento mundial debido a su rica historia y su papel fundamental en la cultura y la gastronomía mexicana. Ahora, este icónico postre ha recibido una interesante y deliciosa actualización en forma de versión de granola.
A simple vista, la jericalla puede parecer un postre sencillo, con su base de crema, leche, azúcar, huevos y vainilla, coronado por una capa de azúcar caramelizada en la parte superior. Sin embargo, este flan jalisciense es mucho más que la suma de sus ingredientes. Representa la esencia de la cocina y la cultura de Jalisco, y se ha convertido en un distintivo de su rica tradición culinaria.
Según la leyenda contada por los tapatíos la jericalla fue creada en Guadalajara, la capital de Jalisco, por una monja jerónima española en el siglo XIX.
El encanto de la jericalla radica en su equilibrio perfecto entre simplicidad y exquisitez. A diferencia del flan tradicional, la jericalla se hornea hasta que el azúcar de la superficie se carameliza, otorgándole su distintivo color dorado oscuro. Este pequeño detalle marca una gran diferencia en sabor y textura, convirtiendo a la jericalla en un postre único y memorable.
La jericalla se ha convertido en un elemento constante en los menús de los restaurantes locales en Jalisco, donde los chefs y cocineros la preparan con orgullo, siguiendo la tradición y honrando la rica historia gastronómica de la región. Se sirve tanto en ocasiones especiales como en comidas cotidianas, siempre recibiendo el mismo afecto y aprecio por parte de los comensales.
Además, este exquisito postre ha traspasado fronteras. En la actualidad, la jericalla es un manjar que se encuentra en muchas ciudades alrededor del mundo, gracias a la diáspora mexicana y a la creciente popularidad de la cocina mexicana. Ahora, con la versión de granola, la jericalla ofrece una nueva experiencia para los amantes de los postres, combinando su sabor distintivo con la textura crujiente y nutritiva de la granola.
Sin importar cuán lejos viaje, la jericalla siempre llevará consigo un pedazo de Jalisco, su historia, su cultura y su tradición culinaria. Es un postre que ha sabido conquistar corazones tanto en México como en el resto del mundo, y que continúa deleitando a todos aquellos que tienen la suerte de probarlo.