Los servicios que se ofrecen a la ciudadanía se basan en la capacitación de los ciudadanos, la evaluación de las necesidades de la comunidad, la colaboración con las distintas partes interesadas, la gestión de los recursos, entre otros.
Por: Andrea Muñoz Gris
Este Palacio Municipal o también considerado símbolo emblemático del poder civil, se erige como recordatorio de la naturaleza transitoria de la existencia humana en contraste con el poder espiritual de la iglesia. Desde la fundación de la ciudad en el siglo XVI, el edificio se destinó a las "casas reales" o edificios del consejo, destinados al gobierno y administración eficaces de la ciudad. También sirvió como sede de la justicia, donde alcaldes y oficiales actuaban como jueces de primera instancia y albergaba la cárcel, en consonancia con las leyes indianas que ordenaban tres lugares públicos para el desarrollo de los asuntos cívicos.
En 1536 se inició la construcción de la primera casa municipal, que constaba de tres estancias de una sola planta, una gran sala central y dos salas más pequeñas en los extremos que ocupaban sólo una cuarta parte de las dimensiones del actual Palacio.
A principios del siglo XVII, se añadió un segundo nivel al ayuntamiento, junto con anexos para la oficina de contabilidad y el archivo de alcabalas reales. Sin embargo, estas instalaciones carecían de elegancia y comodidad. Por ello, en 1714, el alcalde Juan José de Veytia y Linaje (1699-1722) inició la construcción de un nuevo edificio. La nueva estructura contaba con viviendas mejoradas para los alcaldes, una sala capitular y una capilla a la que se accedía por la misma entrada y escalera principal del palacio. El edificio actual, diseñado por el arquitecto inglés Charles James S. Hall, data de finales del siglo XIX y principios del XX.
Los servicios que se ofrecen a la ciudadanía se basan en la capacitación de los ciudadanos, la evaluación de las necesidades de la comunidad, la colaboración con las distintas partes interesadas, la gestión de los recursos y la participación pública en los programas y servicios municipales. Destaca la importancia de coordinarse con los jóvenes, establecer relaciones con los órganos de participación ciudadana y atender las peticiones de la población y los barrios. En general, el municipio pretende implicar a los residentes, fomentar el desarrollo y promover la participación ciudadana en los procesos de toma de decisiones.