Lo pintoresco de sus fachadas que nos alegran la vista con un abanico multicolor y la gran variedad de antigüedades que podemos encontrar a la venta.
Por: Andrea Muñoz Gris
Esta plaza fue construida en 1849. En sus inicios fue una plaza de toros en el paraje conocido como la casa y huerta de Chapitel. Durante las guerras de Reforma en 1856, ésta plaza de toros fue víctima de diversos ataques afectando su estructura y finalmente se decidió demolerla en 1867.
¿Por qué se llama el Callejón de los Sapos? Su nombre se debe a que en tiempos coloniales, la crecida del Río San Francisco provocaba numerosas inundaciones en la calle 6 sur, debido a esto, los vecinos de la localidad optaron por darle un uso útil a esta situación e instalaron molinos para aprovechar dicho abastecimiento.
Debido a que se inundaba el lugar y se llenaba de sapos y ranas, le llaman popularmente el Callejón de los Sapos.
Asimismo, en la década de los 60 se comenzó con la venta de antigüedades en el lugar. En el año de 1967, el comerciante de antigüedades Salvador Macías compra una casona en el callejón y la rehabilita para establecer su negocio y residencia. Es así, como inicia la compra-venta de antigüedades y empieza a desarrollarse la forma espontánea del tianguis de objetos antigüos.
A partir de la década de 1970 el Callejón de los Sapos comenzó a tener un reconocimiento a nivel nacional en la compra-venta de antigüedades, lo que atrajo al turismo.
Lee también: La Capilla del Rosario: Un tesoro Barroco de devoción y belleza en PueblaEn 1976, el entonces Gobernador de Puebla, Alfredo Toxqui Fernández de Lara, oficializó el tianguis de los sapos y mediante una remodelación a la plazuela del lugar se le dio mayor atractivo turístico y lo que llama la atención del lugar, es lo pintoresco de sus fachadas que nos alegran la vista con un abanico multicolor y la gran variedad de antigüedades que podemos encontrar a la venta. Desde entonces, miles de visitantes nacionales y extranjeros han recorrido el Callejón de los Sapos en busca de algún objeto antigüo y podemos encontrar desde una peineta hasta muebles.
En la década de los 80, hubo una baja en el negocio de los anticuarios, por lo que comenzó la venta de muebles rústicos, la cual se mantiene a la fecha. En el año de 1995 comenzó la llegada de los bares y restaurantes a la plazuela de los sapos, lo que revitalizó la zona y le dio un giro para la diversión y un lugar de encuentro.
Actualmente, el Callejón de los Sapos se mantiene como una de las visitas obligadas en la Ciudad de Puebla para los turistas y uno de los lugares preferidos por los poblanos para pasear y disfrutar.