José de Jesús prepara la birria con la sazón de su suegra

A base de mucho esfuerzo ha demostrado ser un exitoso empresario en Alturas del Sur.

Por: Jacqueline Sánchez Osuna

Hace 23 años José de Jesús Medina Magaña vivía en Otameto, allá en la costa de Navolato. Cuando un sueño de progreso le inundó el corazón y aún con ese sentimiento de incertidumbre decidió dejar su dulce hogar para abrirse camino por sus propios medios.

Dejó su pueblo y a su madre, para ir al norte en busca de un mejor futuro. En Nogales, trabajó por cuatro años y sacó su visa para cruzar la frontera del país.

Fueron años difíciles. Tuvo que trabajar en el campo, en la mudanza, en restaurantes y algunos otros oficios que le reafirmaron la confianza y el deseo de superarse.

“Anduve en todo, esos cuatro años trabajé en el campo, mudanza, en restaurantes y eso me hizo madurar. Creo que todo lo que te va pasando en la vida es para un fin y te forja. Te hace quién eres”, dice con gran razón. 

Con un timbre de voz pacífico, en señal de reflexión asegura que Todas las cosas difíciles pasan por algo. José no ha tenido una vida fácil, pero como todas las personas de éxito tiene el tesón para seguir adelante cada día.

“No he tenido una vida tan fácil. Lo bueno que siempre he sido maduro y gracias a eso se me ha hecho más fácil hacer las cosas, pero sí le he sufrido una que otra vez”, reconoce.

En una ocasión, mientras vivía en el “otro lado”, recibió la visita de su madre y se armó de valor y decidió regresar a su tierra. “Cuando le dije a mi mamá que me iba a regresar me dijo …No quiero que cuando estés allá me digas que yo te traje… porque es bien difícil acostumbrarte a una vida en Estados Unidos, pero es más difícil acostumbrarte a una vida en México cuando estás de regreso”, dice entre risas.

Y sí que para José fue difícil. Después de ganar en dólares, vino a obtener un sueldo en pesos y a realizar un trabajo más arduo que el que hacía allá.

“Llegue a trabajar en el mercado de abastos. Duré un tiempecito. Es muy difícil. Mis respetos para la gente que trabaja ahí. Luego me recomendaron con un familiar que tenía una empresa de publicidad”, recuerda y lo cuenta con una voz impregnada de nostalgia. Como si valorara todo lo que ha logrado, después de todo el esfuerzo que le costó llegar hasta donde hoy se encuentra.

En esa empresa de publicidad trabajó durante diez años, al tiempo que conoció a Mayra Rodríguez, quien se convirtió en su esposa y años después en la madre de sus dos hijas. La alegría de su vida. 

Un día de tantos, mientras pasaba el tiempo en su celular, descubrió un video donde un señor de Mazatlán contaba su historia de superación y se ganaba la vida vendiendo birria. José se sintió motivado y a la vez identificado.

“Yo vi el video del señor contando su historia prácticamente, y cuando miro el video, lo relacioné mucho con lo que hacíamos en casa. Cuando mi suegra hacia birria yo me ponía y hacia tacos y atendía a la familia. Siempre me gustó”, es que uno de los atributos de José es el servicio al cliente, además de que disfruta mucho de cocinar.

Además que, como una tradición familiar, la familia de su esposa Mayra tienen como costumbre celebrar el fin de año con una exquisita birria preparada por su suegra, la señora Antonieta Arellano, y José conocía el sazón de su suegra que es exquisito, según señala.

“Al ver aquel video me motivé y sentí que yo podía hacerlo también. Así que le mandé un mensaje a mi suegra y le pedí que me enseñara a hacer la birria. Ella pensó que no pondría mi negocio. Pero mire, aquí estamos”, dice entre risas.

El emprender no fue nada sencillo. Con mucha incertidumbre, pero con el deseo de triunfar se armó de valor y dio inicio a lo que hoy es un exitoso negocio.

“Cuando inicié, lo hice solo con tres mesitas, una plancha en donde cocinaba y una muchacha que me ayudaba como mesera. Mi mamá me dijo que no me iba a ayudar, pero cuando vino ese día que inicié, vio que la necesitaba y desde ese día aquí está. No me ha dejado de la mano. Ella ha sido muy importante para crecer en mi negocio y doy gracias a Dios por tenerla a mi lado”, y como buena madre Yanet Yolanda Magaña se mantiene presta en apoyarlo en todo lo que es necesario.

Ahora José de Jesús es el dueño de un fructífero negocio. Su restaurante “Los de Birria el sazón de mi suegra” es todo un éxito en Alturas del Sur.

Aunque ese primer año fue difícil, nunca se rindió. José sabía que no sería sencillo, pero con base a la constancia, esfuerzo y disciplina lograría tener éxito.

A tres años de ese primer día, José hace una retrospectiva de todo lo que le ha tocado vivir.  Se dice afortunado y bendecido por todo lo que ha logrado. Sabe que emprender es complicado, pero si se deja de lado el temor todo es más sencillo.

Por la exquisita sazón de su suegra, José es reconocido en todo Alturas del Sur, pero su empeño, y servicio al cliente lo distinguen.

Llegar a Los de birria, el sazón de mi suegra es tan placentero como entrar a un hogar. Con su estilo rústico, la atención personalizada y el aroma a birria recién preparada se convierte en el restaurante favorito de los altureños. 

A sus 39 años, José de Jesús es un exitoso empresario. Hace un buen tiempo tuvo el deseo de ser emprendedor. Hoy venciendo todos los obstáculos se ha ido a las alturas para ponerle sabor a la vida.

¡Me sirve una “gordisuegra” con mucho queso por favor!