Desde los 13 años, dedica su vida a la venta de elotes y esquites en el sector
Por: Jacqueline Sánchez Osuna
Culiacán, Sinaloa.- Entre las calles y andadores de Barrancos se vislumbra un emblema de esfuerzo y tenacidad. Se trata de Edgar Omar Galaviz Burgos, conocido cariñosamente como "El Pariente", que a sus 41 años, ha redefinido el oficio de “elotero” creando su propia historia de superación y dedicación. Esto lo ha convertido en un ejemplo para su comunidad.
Originario de Sinaloa de Leyva, “El Pariente” se vio obligado a dejar su lugar de origen cuando aún era un joven adolescente. La búsqueda de oportunidades llevó a su familia a Culiacán, donde se enfrentaron al desafío de comenzar de nuevo. Fue en ese momento crucial que Gervasio Santos, un amigo de la familia, les sugirió incursionar en la venta de elotes. Así, hace 27 años, nacía el negocio que se convertiría en la fuente de sustento para la familia Galaviz Burgos.
En una entrevista exclusiva para Tus Buenas Noticias, Omar comparte los detalles de su vida cotidiana. Desde las primeras luces del día, este amistoso elotero inicia a las 7:00 horas para preparar su carreta y hieleras. Su día transcurre entre el mercado, la selección cuidadosa de elotes y la preparación de sus productos, que en punto de la 1:15 llevará hasta las puertas de la ETI 75 en Barrancos, donde ya lo esperan los jóvenes ansiosos por deleitarse de un “chimiesquite”. Y así retoma la ruta de venta de las 5:00 de la tarde, hasta las 10:00 de la noche.
“El Pariente” no está solo en esta travesía. Su familia también forma parte activa del negocio. Sus padres, Medardo Galaviz y Cenovia Burgos, también se dedican a la venta de elotes en el mismo sector. Con cuatro hermanas y siendo el único hombre, Edgar Omar lleva consigo el orgullo de ser el único de la familia dedicado a este oficio.
A pesar de las dificultades iniciales y la falta de experiencia en el negocio, “El Pariente” y su familia supieron labrarse un camino. "Fue muy difícil, pero lo hemos sabido lograr. Toda la gente puede hacerlo si se lo propone", enfatiza con convicción.
El sueño de Edgar Omar va más allá de su propio éxito. Anhela expandir su negocio y ver a su familia, sobrinos e hijos, convertirse en emprendedores. Su hijo mayor puede no sentir la misma pasión por la venta de elotes, pero es el menor quien muestra un espíritu emprendedor, acompañándolo en eventos y demostrando interés en el negocio familiar.
A pesar de las adversidades, El Pariente no ha perdido de vista sus aspiraciones académicas. Aunque tuvo que abandonar la universidad debido a las responsabilidades familiares, está decidido a encontrar una oportunidad para retomar sus estudios y completar su carrera en administración.
La vida de “El Pariente” es un ejemplo de adaptación y amor por su oficio. Trabajar todo el día, no le trae más que satisfacciones y el sustento para sacar adelante a su familia.
Con su carreta llena de elotes y ese espíritu inquebrantable que lo caracteriza, Edgar Omar es un ejemplo para otros en Barrancos, demuestra que la determinación es uno de los ingredientes principales para triunfar en la vida.
Así como la sal, el limón y el chile, no pueden faltar en un elote, el esfuerzo y la pasión tampoco deben faltar en la vida. Con su singular entusiasmo, su oficio y su vida van confiadas en la sazón de un suculento esquite, un antojo para todo el año.
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