El hecho ocurrió en 1950 y la noticia dio la vuelta al mundo, dicen que el propio Pedro Infante le pagó un curso de aviación
Por: Faviola Manjarrez
Cliserio Reyes Guerrero, un joven de Torreón, Coahuila, soñaba con la aviación desde niño, cuando vio sobrevolar sobre campo de su padre el primer avión y llegar o salir del nuevo aeropuerto de Torreón.
A partir de ahí, empezó a imaginarse sentado en uno de los aviones y viendo el mundo desde arriba. Su sueño se convirtió en una obsesión, y en octubre de 1950 decidió realizar su hazaña. En la tarde del 8 de octubre llegó a la puerta del aeropuerto, se acercó a su cabeza, se deslizó por un agujero en la puerta y se puso en cuclillas esperando el momento adecuado.
Antes de despegar de la pista 12, tuvo que esperar el momento ideal de distracción del piloto para llegar al avión.
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Casi en la media noche observó que un DC-3 encendió sus motores y se dirigió a la pista 12, en donde él estaba, aprovechando la oscuridad de la noche, cuando la aeronave daba vuelta corrió y brincó al estabilizador horizontal derecho, y se agarró con uñas y dientes.
El avión matrícula de la aerolínea LAMSA, operaba el vuelo 101 y llevaba veintiún de diputados federales que regresaban a la Ciudad de México desde Ciudad Juárez, Torreón fue solo una breve escala de reabastecimiento; al mando estaba el Capitán Jorge Guzmán Lavat.
Se dijo que el capitán sintió el avión pesado de atrás y vibraba la palanca de mando lo que no le gustó y mientras el avión incrementaba velocidad la vibración fue más intensa por lo que decide regresar a Torreón para que la aeronave fuera revisada. El viraje para regresar lo hizo hacia su izquierda y eso, sin saberlo, salvó la vida de Cliserio.
Empleados de LAMSA lo esperaba y al revisar el avión encontraron al polizón agarrado al estabilizador, entumecido, aturdido y asustado. Los empledos lo pusieron en el suelo inconsciente y se despertó por los gritos del personal y los pilotos, policías y algunos diputados que se acercaron para ver lo que sucedía.
La noticia sobre el hecho corrió por todo el mundo incluso se dice que el cantante sinaloense Pedro Infante se enteró de lo sucedido y le pagó un curso para ser piloto, otros señalaron fueron los miembros de la Comunidad Aeronáutica de la Laguna quienes lo apoyaron.
Cliserio Reyes Guerrero, pudo convertirse a sus 17 años en piloto profesional, al inicio se dedicó a la fumigación y con el tiempo se convirtió en el socio de su propia empresa, Servicios Aéreos Reyes Román S.A., en Chiapas, que prestaba sus servicios a la Secretaría de Recursos Hidráulicos. Con información de transponder1200/By: Erick Haw Mayer
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