Tarea: ¿Cómo somos los seres vivos? Diversidad en la reproducción

Las plantas tienen procesos de reproducción únicos que les han permitido desarrollarse adecuadamente en diferentes ambientes terrestres y acuáticos

Por: Gina Cota

Como la mayor parte de los organismos vivos, las plantas deben reproducirse para permanecer en el medio ambiente y este proceso depende de tres fases: polinización, fecundación y germinación.

La polinización es el paso necesario del polen entre distintas plantas con flores. Este paso puede darse por acción del viento o el agua, o por animales polinizadores (abejas, mariposas, avispas, colibríes). Las flores los atraen con sus colores y aromas y cuando se acercan a alimentarse del néctar, estos se impregnan de polen. Al viajar después de alimentarse de otras flores, transportan ahí el polen y puede darse la siguiente fase: la fecundación.

Cuando un grano de polen cae en un pistilo (órgano sexual femenino de una planta), se forma un cigoto, que no es otra cosa que el embrión de la nueva planta. Es una célula primera que empezará a dividirse y crecer, protegida y alimentada por la propia planta, que le dará una cubierta dura: se crea una semilla.

Alrededor de la semilla crecerá también un fruto, que protegerá la semilla y la proveerá de sustancias necesarias y nutrientes. Este fruto, comúnmente diseñado para atraer a animales y ser consumido, acabará cayendo al suelo o siendo transportado lejos por algún animal, dando así unas mayores posibilidades de propagación a sus semillas.

                            

Proceso de reproducción en una planta con flor. Foto: Cortesía/UnProfesor

¿Qué es la germinación y qué función tiene?

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