José Guadalupe mitiga el calor de los culiacanenses con deliciosas aguas frescas

El hombre originario de Pachuca, Hidalgo, a la falta de un empleo bien remunerado lo obliga a emigrar a Culiacán, donde hace nueve años encuentra una mejor calidad de vida

Por: Juan Madrigal

Culiacán, Sinaloa.- Pedalear un triciclo todos los días por algunas de las calles de colonias del sur de Culiacán es el reto, ofrecer deliciosas aguas frescas es la compensación. Es el trabajo que llena de orgullo a José Guadalupe Martínez Correa, quien le tiene un aprecio a Culiacán, por encontrar en la ciudad esa fuente de ingreso económico que le ayuda a tener una mejor calidad de vida. Su trabajo refresca al de otros.

El hombre originario de Pachuca, Hidalgo, narra que hace nueve años emigró a la capital sinaloense con el sueño de buscar un trabajo que al menos le ayudara a sacar adelante a su familia. “Me vine de Pachuca, porque es muy poco lo que se gana, y se trabaja de siete de la mañana a siete de la tarde. Me invitaron a trabajar a Culiacán y no lo dude dejar mi hogar con la mentalidad de superarme en la vida. Y gracias a Dios así fue”, revela José Guadalupe.

En su estancia en Culiacán es vecino de la colonia Amistad. Rondando por el sector, comenta que a su llegada a la capital sinaloense trabajaba para una persona que se dedica a comercializar aguas frescas, pero hace ya tres años uno de sus tres hijos (Sebastián), tuvo la visión de que era más rentable elaborar y vender ellos mismos el producto.

A partir de entonces  decide emprender el negocio que hoy lleva por nombre aguas frescas “El Conejo”. Le puso así a su negocio en honor a su hijo. “Desde niño le decimos conejo a mi hijo, ahora los clientes que saben que somos padre e hijo, nos dicen el conejo viejo y conejo joven”, expresa entre risas. 

Actualmente, vende sabrosas aguas frescas de cebada, horchata de coco, piña, limón y tepache que el mismo Sebastián prepara, ya que él cuenta con la fórmula secreta del delicioso sabor que hace la diferencia con otras, y las combina con la venta de algunas frituras.

También revela que el primer paso para gustarle su oficio es estar dispuestos a enfrentar el sol abrasador en las calles de la ciudad y atender bien a la clientela. Y que el mejor momento para vender las aguas en las calles es precisamente en tiempos que están fuertes los rayos del sol, por lo general es entre las 9:00 a.m. y 5:00 p.m.

Martínez Correa expresa estar muy contento con su trabajo porque tiene consumidores de todas las edades, quienes prefieren todos los sabores de las aguas durante todo el año, especialmente en verano. Y asegura que cada vez existen más negocios que se dedican a la elaboración y distribución de estas bebidas que mitigan el calor, pero su popularidad radica en su buen sabor y en la facilidad de comprarlas, transportarlas y ante todo la higiene, porque como lo dice el eslogan del emprendimiento: “donde hay calidad, no hay competencia”. También asegura con mente positiva que para todos “Sale el Sol”.

Es así como José Guadalupe, todos los días satisface con sus ricas aguas frescas hasta el paladar más exigente, además de brindar una calidad en el producto, ofrece una fina atención a sus clientes y así logra cada vez más compradores satisfechos que hacen que el negocio “El Conejo” sea exitoso. En los pedales está la fuerza de la transportación, en los termos está la respuesta al calorón. Buen provecho.