Por: Ana Cristina Ruiz Garrido
A unas calles del Calvario en el centro de Metepec se encuentra un lugar denominado El Cerro de los Magueyes, este es reconocido por ser un lugar de gran importancia histórica y religiosa para la población local y los peregrinos que visitan la región. En la cima de este majestuoso cerro se encuentra la Iglesia del Tepeyac, una pequeña iglesia caracterizada por las imágenes de la Virgen de Guadalupe.
Sin duda, la Iglesia del Tepeyac es un símbolo emblemático de la fe y la devoción en México. Su construcción se remonta a décadas atrás, cuando se erigió como un lugar de encuentro para los fieles que buscaban un espacio sagrado en el Cerro de los Magueyes.
La iglesia está rodeada por una naturaleza exhuberante y una vista impresionante que inspira a la reflexión y la contemplación espiritual. Sin embargo, lo impresionante está en su interior. A pesar de ser una iglesia pequeña, colores vivos y relieves de oro llenan la atmósfera de majestuosidad acompañado de paz y espiritualidad hasta cierto punto. Esto es posible gracias a las imágenes que porta en su interior. Sus bóvedas estampadas de estrellas permiten que el arcaico órgano toque sinfonías cada que hay misa. La arquitectura de la Iglesia del Tepeyac es una combinación de elementos religiosos y tradicionales mexicanos.
Cada año, millones de peregrinos visitan la Iglesia del Tepeyac en busca de consuelo, fortaleza espiritual y para agradecer los favores recibidos. La peregrinación a este santuario es un acto de fe y devoción que une a personas de todas las edades y condiciones sociales. Los peregrinos caminan largas distancias, muchas veces descalzos, llevando imágenes de la Virgen de Guadalupe y rezando el rosario.