Al interior del otrora depósito para agua, se registró un entierro con una osamenta femenina y los restos de otro individuo
Por: Faviola Manjarrez
Un antiguo depósito de agua o chultún fue localizado en la Plaza Elevada Este de la Acrópolis de la Zona Arqueológica de Ek’ Balam, en Yucatán, fue reutilizado como cámara funeraria, al depositar en su interior los restos de dos individuos, mismos que recuperó un equipo de la Secretaría de Cultura de Gobierno de México, adscrito al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
El descubrimiento fue dado a conocer por el director general del INAH, Diego Prieto Hernández, al abundar sobre los resultados de las tareas de salvamento arqueológico efectuadas en los siete tramos del Tren Maya, así como en los avances del Programa de Mejoramiento de Zonas Arqueológicas (Promeza), en Edzná, Campeche.
Acerca del hallazgo, el antropólogo explicó que deriva de los trabajos del proyecto arqueológico dirigido por los arqueólogos Leticia Vargas de la Peña y Víctor R. Castillo Borges quienes, junto con sus colegas Gilberto Dzul May e Isidro Ché Méndez, se han concentrado en la excavación y consolidación en el lado oriente de la Plaza Elevada Este de la Acrópolis.
Durante la temporada de campo del proyecto de investigación, enmarcado en el Promeza, en dicho sector de Ek’ Balam se hallaron nueve recintos habitacionales de elite, donde se conservaron parcialmente relieves estucados que representan captores y cautivos, mascarones, esteras, además de vestigios de pintura mural.
Asociados a este conjunto de cuartos se hallaron dos depósitos artificiales para agua, uno en el extremo norte y otro en el sur; este último, denominado Chultún 2, fue convertido en un espacio ritual y depósito mortuorio, rellenado con una capa de tierra, escombro y piedras.
El depósito tiene un área de captación circular, de 3 metros de diámetro en promedio, delimitada por un muro bajo de piedras, colocadas con doble vista, y tiene una pequeña escalinata de dos peldaños. El chultún, con forma de campana, cuenta con un diámetro promedio de 2.10 metros y una profundidad de 2.98 metros; y la entrada, 54 centímetros de diámetro.
El titular del INAH detalló que en el fondo y en medio del depósito estaba una piedra cilíndrica pequeña, a manera de altar, en cuya parte superior se localizaron fragmentos de una olla. Al retirar la tierra del interior se halló fragmentada otra pequeña olla de barro y dos trozos de obsidiana. También, se recuperaron los restos óseos de dos individuos de época prehispánica.
Del primero se recobraron huesos sin relación anatómica, mezclados con el relleno de tierra, identificados como un fémur y un húmero, así como parte de una mandíbula y otros fragmentos que fue imposible reconocer por su mal estado de conservación; sin embargo, considerando la robustez y tamaño del fémur, es posible que se haya tratado de una persona adulta de sexo masculino.
Los restos óseos de la segunda persona presentaron mejor estado de conservación. El individuo fue depositado bocabajo, directamente sobre la superficie del piso de la cámara y cubierto por una capa de tierra. El análisis de los marcadores de edad y sexo en los huesos indicaron que pertenecen a un adulto de sexo femenino que, al momento de la muerte, parece haber tenido una edad avanzada; y debió tener una altura aproximada de 1.40 metros.
Prieto Hernández señaló que se harán los estudios para conocer a detalle las características de ambos individuos y la secuencia ocupacional del chultún. Respecto a la importancia de este tipo de investigaciones, aprovechó la ocasión para felicitar a las y los estudiantes de grado y posgrado, ganadores de los Premios INAH 2023, por sus tesis en las diferentes disciplinas y áreas de trabajo de competencia del instituto.
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