Doña Julia, artesana sinaloense que tiene más de 60 años dedicada a darle vida al barro

La admirable alfarera originaria de El Valle de Arriba, Mocorito hizo de su arte un negocio y lucha por preservar este oficio lleno de tradición y cultura

Por: Juan Madrigal

Mocorito, Sinaloa. A pesar de los obstáculos y la posibilidad de que la actividad alfarera desaparezca, el papel que realiza, Juliana Zepeda Pérez, es primordial para difundir, preservar y promover los saberes de esta actividad artesanal. Y fue uno de los grandes motivos por lo que esta semana fuera galardonada con el Premio a la Mujer Rural de Sinaloa 2022.

Doña Julia, como la nombran de cariño, es la única artesana alfarera que sobrevive en la región de Mocorito, donde nació y radicó desde muy niña, en la comunidad de El Valle de Arriba. Y es una digna representante de las mujeres de las comunidades rurales, que se distingue por ese arraigo y coraje para proseguir con la faena, de alto sentido de responsabilidad y del honor que implica portar la distinción de ser hoy en día una de las artesanas más importante de Sinaloa.

Zepeda Pérez, es una preservadora de este oficio lleno de tradición y cultura, en el que se puede ver representada la historia de México es parte de la cultura, tanto de nuestros antepasados como la actual.

La mujer orgullosamente de la “Atenas sinaloense”, recuerda con nostalgia y alegría en su rostro que cuando era niña jugaba en medio de la tierra donde más tarde forjaría su futuro y el de su familia. A la edad de nueve años de edad vendió su primera vasija. Su abuela le heredó el nombre y el oficio, quien le ayudó a lograr su primera pieza de alfarería.

También Doña Julia, descubrió en el arte de alfarería una forma de olvidar las tristezas y al mismo tiempo un medio de obtener ingresos para sostener a su familia, junto a su esposo, quien murió hace ya casi cuatro años, y con quien compartió su vida y el amor a este maravilloso oficio.

Aunque no tiene un origen único, el oficio de la alfarería es un arte milenaria. Es una labor que requiere pasión, esfuerzo y que se ha preservado a través de muchos años y que no debemos dejar morir. Por tal motivo, Doña Julia, se ha preocupado siempre por enseñar el trabajo artesanal de elaborar piezas de barro, que le fue transmitido hace tantos años. Imparte pláticas, cursos y talleres tanto a niños, jóvenes y adultos mayores.

Además, es considerada como ejemplo de perseverancia y el trabajo constante, ya que en el año 2006 concluyó sus estudios de primaria, y obtuvo su certificado de secundaria a la edad de 52 años.

Por su gran labor, la mujer mocoritense ha recibido varios reconocimientos; en el 2014 la Secretaría de Cultura Federal, dentro del Programa de Acciones Culturales Multilingües y Comunitarias (PACMYC), le reconoció su labor con el proyecto "Siguiendo mi tradición en mi pueblo", colocando en lo alto el nombre Sinaloa.

A sus 69 años de edad, fue una de las propuestas para el galardón Mujer Rural de Sinaloa 2022 por el Colegio de Bachilleres del Estado de Sinaloa, con sede en Mocorito, y fue la elegida entre 17 mujeres excepcionales, que sin conocerse las hermana su sentido de pertenencia con su lugar de origen, fieles guardianas de tradiciones milenarias, erigiéndose como ejemplos a seguir por las nuevas generaciones.

Esta semana recibió el premio que se entrega por primera ocasión en una Sesión Pública Solemne de la LXIV Legislatura del Congreso del Estado de Sinaloa. Con medalla, entrega de reconocimiento e incentivo económico, fue premiada oficialmente para convertirse en orgullo de los sinaloenses.

Doña Julia, desde la tribuna del Congreso del Estado de Sinaloa, lugar donde fue galardonada, expresó su gran felicidad con lágrimas de emoción, emitió un bonito y sincero mensaje en el que resumió las etapas de su vida y proceso que la llevó a convertirse en una de las artesanas alfareras más destacadas no solo de Mocorito, sino del estado de Sinaloa.

Además, Doña Julia agradeció a las autoridades legislativas, estatales y municipales, pero también no perdió oportunidad para pedir apoyos para los artesanos de todo Sinaloa, para fortalecer y no dejar morir un sin fin de oficios que se siguen practicando en las comunidades y que nos llenan de orgullo.

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