Decide: cómo decir no

Este programa representa un cambio en la manera de abordar la prevención de adicciones en Sinaloa. Lejos de enfocarse únicamente en los efectos negativos de las drogas, apuesta por fortalecer a cada estudiante desde sus emociones y habilidades sociales, preparándolos para enfrentar los desafíos de su entorno

Por: Francisco Cuamea

Si cierras los ojos y diriges tu memoria cuando estabas en primaria y luego en secundaria, ¿qué recordarías?

Un servidor estuvo en la legendaria primaria Tipo. En el 86 estudiaba sexto año. Mis amigos y yo fuimos muy vagos. Por ejemplo, cruzábamos la calle Ramón Corona por abajo, por el túnel del drenaje pluvial. Era como una aventura de Indiana Jones. 

En secundaria ni se diga. La misma palomilla se fue junta a la Federal 2, otra escuela culichi. Por las tardes, recorríamos Culiacán en bicicleta y no hubo cerro del Nuevo Culiacán que no exploráramos. Pero en primaria ni secundaria tuvimos frente a nosotros experiencias con drogas de ningún tipo. Ni algún programa de prevención de adicciones.

Esas llegaron en los 90, cuando ya en edad de prepa dejamos las bicicletas por las novias, las fiestas y las parrandas. Cigarro y alcohol, por supuesto fueron parte del atuendo juvenil. Pero alcohol, sobre todo mucho alcohol en muchas partes. A veces pienso que los X somos una generación alcohólica. 

Cambio de paradigma en prevención de adicciones

Un poco más de 30 años después, Sociedad Educadora, organización de la sociedad civil que se especializa en salud emocional para prevenir adicciones, reportó que sustancias adictivas legales e ilegales empezaban a consumirse en edades más tempranas.

En concreto, el 25 por ciento de las personas que participaron en una investigación probaron la primera droga entre los 10 y 15 años. Este dato captó la atención del Secretariado Ejecutivo del Sistema Estatal de Seguridad Pública y, junto con SEPyC y Sociedad Educadora, se propusieron hacer algo al respecto.

Así nació Decide, Yo Sí Digo No, un programa de prevención de adicciones integral, de base científica y pedagógica. Por motivos profesionales conocemos algo de esta historia. 

Desde que se recuerde, los programas preventivos oficiales se han remitido sólo a pláticas drogocéntricas en las que se informaba a alumnos qué son y cómo las drogas perjudican la salud. Se solía recomendar a las niñas y niños que dijeran no a las drogas, pero no les enseñaban cómo.

Ahí radica la diferencia de Decide, pues este consiste en un entrenamiento socioemocional de alumnas y alumnos de 11 a 15 años. Aprenden a identificar sus vulnerabilidades emocionales y los factores de riesgo en su entorno, luego, a partir de esos hallazgos, construyen sus defensas y aprenden cómo decir no. 

Esto representa un cambio en la manera de abordar la prevención de adicciones en Sinaloa. Lejos de enfocarse únicamente en los efectos negativos de las drogas, este programa apuesta por fortalecer a cada estudiante desde sus emociones y habilidades sociales, preparándolos para enfrentar los desafíos de su entorno.

Los datos

Este miércoles, en el MIA, SEPyC, SESESP y Sociedad Educadora presentaron los resultados a 2 años de implementar este programa en escuelas de 8 municipios de Sinaloa.

Según se dio a conocer, en este tiempo se ha logrado disminuir significativamente la intención de consumo de sustancias adictivas entre jóvenes de 11 a 15 años.

Mostraron resultados: una reducción de 11.4 puntos en la intención de consumo de bebidas alcohólicas; 7.8 puntos menos de vapeadores y una disminución de 4.8 puntos en la intención de uso de marihuana, entre los 17,178 alumnas y alumnos de sexto de primaria, así como de primero y segundo de secundaria.

Su metodología cuenta con cuatro componentes fundamentales:

  1. Talleres de habilidades socioemocionales: Desde su inicio, el programa ha impartido 482 talleres, lo que suma un total de 5,784 horas de entrenamiento. Estos talleres fortalecen las competencias emocionales y sociales de los estudiantes, para enfrentar con mayor fortaleza las presiones relacionadas con el consumo de sustancias.
  2. Planes de acción preventivos escolares: Estudiantes de las escuelas participantes elaboraron sus propios protocolos preventivos, incluyendo recomendaciones como mayor vigilancia en los entornos escolares, atención socioemocional constante y actividades de prevención de adicciones que se mantengan de manera permanente en los centros educativos.

  3. Identificación y canalización de casos de riesgo psicosocial: Hasta ahora, Decide ha detectado 48 casos de riesgo en los municipios participantes. Todos estos casos han sido canalizados a las autoridades correspondientes para su debida atención.

  4. Colaboración interinstitucional: En el programa participan diversas áreas de educación, salud y seguridad. Esta colaboración ha facilitado una comunicación constante y un intercambio de información que refuerza los esfuerzos de prevención.

Decide aún es joven, pero es un buen atrevimiento gubernamental. Es atreverse a innovar, a intentar algo distinto. 

En una sociedad donde las niñas y niños tienen presiones para consumir drogas hasta en sus hogares, iniciativas como ésta ofrecen esperanza de que el gobierno puede ser innovador y estratégico en busca de soluciones a los problemas de la sociedad.

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