¿Quién está pensando en el largo plazo?

El cortoplacismo literalmente nos está matando. Y no sólo por los homicidios y casos de desaparición forzada de los tres meses recientes, sino por los impactos acumulados que venimos heredando por generaciones

Por: Francisco Cuamea

El paciente llega convulsionado a la sala de urgencias. Ha perdido la conciencia, tiembla y suda excesivamente. Su nivel de azúcar es bajo, trae un problema de hipoglucemia. Es diabético. 

Los médico proceden a estabilizarlo. Confirman el diagnóstico tras los análisis y administran glucosa intravenosa para la hipoglucemia y siguen un tratamiento de soporte para otras complicaciones graves.

Así hemos atendido nuestras crisis de crimen organizado. Somos urgenciólogos de nuestros problemas. Nos desestabilizamos, entramos en shock y nos aplicamos una dosis de insulina para recuperar el balance. Luego nos damos de alta para seguir consumiendo azúcar y carbohidratos. 

"Muchas situaciones sobre violencia vienen cíclicas porque no se combatió, porque no se entendió o porque no se trabajó y solamente se actuó de manera punitiva", dijo Iliana Padilla Reyes, investigadora culichi en la Enes-UNAM, durante su participación en el Summit 2024 de Foro Mar de Cortés.

El cortoplacismo literalmente nos está matando. Y no sólo por los homicidios y casos de desaparición forzada de los tres meses recientes, sino por los impactos acumulados que venimos heredando por generaciones.

¿Cuántos de los involucrados en el conflicto de hoy serán huérfanos del episodio de 2008-2011?

Necesitamos voluntad de largo plazo para impedir catástrofes

El paciente diabético no se va a curar después de ser estabilizado en urgencias, sino que para vivir una vida sin “sustos” tiene que disciplinarse a un estilo de vida saludable: en un régimen de fármacos, alimentación muy específica, monitoreo y mucha hidratación.

En otra palabras, el médico piensa en el largo plazo. Una vez identificada la causa de la crisis del paciente, entonces traza un plan para neutralizarla. No desaparecerá la enfermedad, pero mitigará los daños, permitiendo calidad del vida a la persona, siempre y cuando esta siga el tratamiento. 

Lo mismo sucede con los problemas. Si se atajan con visión de corto plazo, de atajar la fiebre, seguirán reproduciéndose y cada vez de manera más grave. Los recientes 25 años de este siglo nos han dejado bastante evidencia.

Los líderes de la sociedad, es decir, los que pueden generar los cambios, tienen que apreciar los beneficios del largo plazo, al menos, como legado de su visión. 

“La ventaja que procura el pronóstico de las catástrofes radica en la posibilidad de adoptar medidas para impedir que se produzcan, sacrificando las ganancias inmediatas en favor de unos beneficios a más largo plazo”, escribió Carl Sagan.

Sin visión ni voluntad de largo plazo podremos darnos de alta hoy, pero mañana volveremos a urgencias, probablemente en una peor situación.