Si el día del agricultor no llueve no va a servir el temporal
Los tiempos de Don Pablito Uriarte han cambiado, y hoy no sólo parece que no habrá lluvia, sino que tampoco hay festejo del agricultor, por causa de la enfermedad.
Los tiempos de Don Pablito Uriarte han cambiado, y hoy no sólo parece que no habrá lluvia, sino que tampoco hay festejo del agricultor, por causa de la enfermedad.
Si el día del agricultor no llueve, no va a servir el temporal, solía decir Pablo Uriarte Lara quitándose el sombrero para ver hacia arriba, esperando la promesa del cielo. El 24 de junio era la fecha en que todos los sinaloenses daban por terminado el estiaje, para dar inicio a la temporada de lluvias.
Este año, al parecer no sólo no habrá lluvia, sino que hasta el festejo del día del agricultor han cancelado, para evitar el contagio de esa enfermedad del coronavirus que Pablo nunca vio, y que en pleno día de San Juan no da para andarse saludando.
Don Pablo Uriarte Lara era agricultor temporalero, porque agricultor es el que siembra, no sólo el que tiene riego. Después del 24 de junio, por su predio veía correr el agua desbordando el arroyo en el pueblo de La Higuerita, que él fundó en el municipio de Badiraguato.
De un lado del arroyo es Badiraguato y del otro lado es Mocorito. De un lado del arroyo es de temporal, y del otro también. Porque por esas tierras por allá por La Apoma y El Llano de Los Rochín, el riego nunca llegó, sólo el que cae del cielo.
Este 24 de junio es muy diferente, faltan nubes y sobra calor. El festejo del día del agricultor es muy insípido. No hay banda, no hay norteñitos con la ruidosa tarola, y los amigos no se pueden juntar, mucho menos saludar.
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Por allá por Guasave los agricultores tuvieron misa virtual, se quedaron en sus casas. El coronavirus ya mató a 109 personas. El sacerdote Gerardo Juárez les dijo: “que las semillas que has sembrado en tus hijos y en tus seres queridos dé un fruto abundante”.
Por acá por Culiacán, 19 personas, agricultores y sus mujeres, se reúnen en el Templo de La Lomita, ya no fue como antes. “Los agricultores están haciendo lo que corresponde, trabajar, salir al campo cada mañana, partirse el lomo”, les dijo el sacerdote Miguel Ángel Soto, pidiendo apoyos al campo.
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Es que este día del agricultor es el más raro de la historia, antes que termine la sequía en Culiacán, el coronavirus ha sembrado 483 muertos. Hace falta disciplina y una gota de esperanza.
Allá por La Higuerita, en el rancho de ordeña El Sauce, de Don Pablito, este día las iguanas prietas salían temprano a posarse sobre los palos, abrazando el sol. Eran los últimos días de iguanas flacas, porque en 10 días comerían brotes de quelites. Y toda aquella resequedad, donde los árboles parecían haber muerto, se volvía a pintar de verde con la agradable fragancia de las flores de güinolos y vinoramas.
Y entonces sí, después de la primera lluvia, Don Pablo Uriarte Lara empezaba a arar la tierra. Sólo las palmas de aquel aislado palmar, saben los días de fatiga que se llevaba en la siembra de maíz y ajonjolí. Cuántas veces se quedó sin cosechar nada, por causa del mal temporal.
Las que no lo abandonaron, ni en las secas ni en la lluvia, fueron sus decenas de vacas, que dieron leche y quesos a todos los lugareños. En la madrugada, el pujido de los becerros reclamaba su ración de leche, al final de cada ordeña.
Así vivió Don Pablo Uriarte Lara, ganándose el respeto de los de Batequitas y alrededores, siendo comisario de La Higuerita.
Si no hubiera muerto aquel invierno del 2007, este 24 junio, quitándose el sombrero, Pablito ya hubiera dictado su sentencia… Si el día del agricultor no llueve, no va a servir el temporal.
