Lo que inició como un gusto, después de 20 años, se ha convertido en su forma de vida. Los pasteles son su especialidad.

Claudia Patricia Rivera es una mujer de trato sencillo, sonrisa cálida y una mirada tan dulce como los deliciosos postres que prepara.

Con el firme deseo por salir adelante, ha hecho todo lo que ha estado en sus manos por apoyar a sus tres hijos para convertirse en profesionistas.

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La vida no ha sido fácil para Claudia, pero el amor por sus herederos le ha valido cualquier esfuerzo realizado.

Aún recuerda cuando hace más de 20 años realizó sus primeros postres. Asegura que, aunque no eran los mejores, eran hechos con todo su amor y dedicación.

Ahora, con el paso de los años Claudia es más que una repostera. Es maestra pastelera, repostera y panadera. Los estudios combinados con el trabajo y el cuidado de sus hijos le han permitido llegar hasta donde hoy se encuentra.

En medio del amor y gratitud de sus tres hijos, así como de sus clientes que satisfechos por el sabor de esos postres regresan de manera continua y le brindan su amistad.

Hoy además de preparar postres también prepara a muchas mujeres a quienes brinda los conocimientos que la práctica y experiencia le han traído en el transcurso de los años dentro de este sabroso oficio.

Aún recuerda con añoro cuando consiguió su primer empleo en una pastelería, asegura que fueron años duros, pero que con el paso del tiempo le han traído grandes satisfacciones.

Así siendo una pastelera, Claudia ha logrado cumplir uno a uno sus sueños y metas en la vida.

“Haciendo pasteles he logrado sacar adelante a mis tres hijos, pagar la casa y ayudarlos con sus estudios. Paúl, el mayor estudió una ingeniería en Redes, mientras que Royer Eduardo y Aldo, mis dos hijos menores estudiaron una ingeniería en Programación. Haber podido ayudarlos a lograr sus metas académicas me llena de orgullo”, señala con esa sonrisa llena de satisfacción.

Ahora, que sus hijos son unos profesionistas, Claudia ha decidido enfocarse en cumplir sus propios sueños. Trabaja para continuar con su emprendimiento y uno de sus mayores deseos es lograr establecer su propio negocio.

Con un concepto diferente la pastelera de Alturas del Sur planea construir una pastelería tipo cafetería, con la idea de que los clientes vayan a disfrutar de un postre acompañado de un café o malteada en un ambiente agradable.

Mientras consigue esa meta Claudia continúa su ardua labor desde casa, con la realización de sus postres por pedido y entrega directa.

Asegura que muchos de sus clientes los ha conseguido a través de sus redes sociales y sus cuentas de Facebook e Instagram Azul Café Pasteles han sido sus mejores alidadas para atraer a más amantes de lo dulce.

Con ese buen ánimo y actitud de servicio que la caracteriza es su mayor deseo continuar endulzándose la vida y también a todos los habitantes de Alturas del Sur y sus alrededores.

Aunque es doble el esfuerzo, también será doble la recompensa. Con Sabor y calidad, en Culiacán son pasteles de alturas.

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