A los 14 años PonPin descubrió su amor por la música. El día de hoy continúa su trayectoria artística.

Jesús Octavio Urías Taboada mejor conocido en Navolato como PonPin es un hombre con una personalidad única.

Tan sencillo y humilde que nadie pensaría que es un destacado artista capaz de poner de pie al más aburrido de la fiesta.

En su época de adolescencia estudiaba en la secundaria Eva Sámano de López Mateos cuanto tuvo su primer encuentro formal con la música.

p>“Tenía 13 años de edad cuando me integré a la estudiantina de la secundaria, ahí fue mi incursión de manera formal, empecé tocando la guitarra y me sentía muy feliz al escuchar las notas que salían mientras rascaba las cuerdas de mi guitarra”, asegura sonriendo al recordar aquellos dulces momentos.

Sin embargo, PonPin ya traía la música en la sangre. Recuerda que cuando tenía a penas 4 años de edad, ya sentía que la música era lo suyo.

“No le miento, cuando tenía a penas 4 años ya sentía una alegría y gran gozo cuando escuchaba la música, me sentía feliz, como que volaba”, dice entre risas.

Periódico de Navolato – Julio 2021

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Y es que según sus palabras a pesar de las alegrías que la vida trae consigo a PonPin lo que más le “llena” es la música, asegura que en la vida, nada le ha llenado más que la música.

Estar en un escenario lo hace sentir vivo, ver la alegría de la gente que baila al son de las melodías musicales lo hacen revivir sus mejores años.

Sí, esos años inolvidables que tiene como un vívido recuerdo y al día de hoy lo hacen sentir un triunfador.

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PonPin todavía recuerda que por allá en los años 70’s empezó a tocar la guitarra con un grupo llamado Los Astros, y se ríe cuando menciona que como pago recibió $500 pesos cuando formaba parte de la agrupación Los Nav-Sin Boy un grupo más famoso con el que salió de gira artística a la ciudad de Guamúchil.

“Me sentía soñado que me pagaran por hacer lo que a mí me gustaba, yo entré a Los Nav-Sin Boy supliendo a su guitarrista y de ahí fue en donde conocí a grandes amigos músicos. Así que esa fue mi primer experiencia de presentación y todo”, indica.

Pero para él no todo fue miel sobre hojuelas. Le tocó sentir la amargura de que te cierren la puerta cuando inicias en el mundo de la farándula. Junto con sus amigos formaron el grupo La Redención, para luego integrarse al que en sus tiempos, fue uno de los grupos más famosos no solo de Navolato, sino a nivel nacional.

El Grupo Nueva Leyenda le abrió las puertas, pero esta vez ya no iba como guitarrista. Le agarró un amor especial a los teclados. De forma empírica le encontró los tonos y los sones para hacerlos concordar las melodías.

“Cuando no existía ni celulares, ni computadoras, yo empecé con mi teclado Yamaha PSS 680. Todo era puro teclado que se usaba para todos los ritmos, cumbias, rumba, bolero, mariachi, y hasta algunos efectos” recuerda.

PonPin se acomoda la camisa para decir que no eran cualquier grupo, que en 1976 realizaron sus giras nacionales y grababan discos que se vendían como pan caliente.

“Fueron muy buenos tiempos aquellos, desde muy joven conocí las mieles de la fama, todos nos gritaban, querían estar cerca de nosotros, vendíamos muchos discos y hacíamos nuestras giras nacionales”, Momentos que no borra de la memoria.

Con el tiempo se retiró de la música, pero en el corazón sabía que lo suyo era la “artisteada”, por lo que en los años 90’s decidió regresar, pero ya con su grupo PonPin Show, con quienes al día de hoy a sus 64 años continúa presentándose y dando shows dignos de una gran estrella.

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“En una noche mexicana que la gente me empezó a identificar con ese estilo y mis payasadas de show, siendo así prácticamente un comediante con teclados. Esa fue una época muy bonita, sin tanta tecnología como actualmente. Era el único que armaba sincronizado al mismo tiempo casi 10 teclados simultáneamente. Muy a mi manera”, dice con orgullo.

Mismo orgullo que siente al saber que ha heredado su talento y amor por la música a sus hijos Jesús Octavio y Yedid Urías quienes lo acompañan en todas sus presentaciones.

PonPinito, como llama a su hijo es director y tecladista de su grupo y qué decir de Yedid que su voz la convierte en una de las mejores sopranos de Navolato.

Así como Jesús Octavio se siente tan orgulloso de sus hijos y sus logros musicales, los navolatenses se sienten orgullosos de tener al mejor showman de la región.