Este pequeño y humilde pueblo ubicado en los límites de Copala y El Naranjito, no es muy conocido.

Su reducido número de habitantes ha permitido que permanezca como un lugar escondido en el mapa de Sinaloa, por así decirlo

Esto puede traer consigo algunos beneficios pero también inconvenientes; uno de los beneficios que gozan los pobladores es la agradable serenidad que no se disfruta en otros poblados, mientras que uno de los inconvenientes es el arribo tanto de personas como de servicios generales durante ciertas épocas del año, ocasionado por el camino que se dificulta transitar al iniciar la temporada de lluvias y la distancia más o menos extensa para llegar a este rústico lugar.

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El nombre del pueblo se origina por haberse establecido en una zona rodeada de habales, llamado comúnmente habillo o haba, es un árbol de hasta 20 metros de altura y un diámetro de hasta 70 centímetros; cuyo látex y semillas son altamente tóxicas, pudiendo producir la muerte de un humano.

Además, presenta numerosas espinas muy agudas que salen en forma de cojines circulares. Las semillas poseen propiedades purgativas muy violentas.

Sin embargo, para las guacamayas nativas de la región, esto no significa un problema, ya que forman parte de su alimentación y parece no afectarles ni causarles molestia alguna.

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Desde los cerros que se encuentran alrededor, se aprecia el caserío con tejados y paredes de adobe, sus fértiles tierras y la ganadería son el sustento principal de los habitantes.

Entre las leyendas más conocidas del sitio, se relata un hecho ocurrido hace algunos años atrás durante una noche de verano; bajo la luz de la luna llena que iluminaba a los árboles y corrales, de pronto las gallinas empezaron a incomodarse al sentir la presencia de un animal de gran tamaño que no pertenecía al lugar.

Algunos curiosos al escuchar el ruido de los demás animales se asomaron por las ventanas de sus hogares y observaron una oscura silueta de un pájaro con 2 metros de altura aproximadamente, caminando por fuera de las majadas y acechando al ganado.

Con un disparo uno de los ganaderos espantó al enorme ave que al extender sus largas alas emprendió su vuelo hacia un rumbo desconocido. Al día siguiente comentaron lo sucedido y no lograron identificar la especie o tipo de ese misterioso pájaro, que nunca volvió a acercarse al pueblo.

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