El chovinismo familiar
El chovinismo, y su consecuencia el nepotismo, es una peligrosa y delicada práctica, en muchas ocasiones imperceptible para quien lo padece.
El chovinismo, o chauvinismo, conocido también como patrioterismo, es la creencia narcisista de que lo propio de mi país o región, es mejor o superior al del resto. Psicológicamente lo califican como manifestación de delirio de grandeza. Su denominación viene del soldado napoleónico Nicolás Chauvin, quien por su lealtad y heroísmo fue condecorado por el mismísimo Napoleón con el “Sable de Honor”. Y se dice que su heroísmo era proporcional a su exhibicionismo y falta de modestia.
El chovinismo se da también en algunas familias, y en algunas empresas familiares.
“Papá cuervo” suele percibir a sus “cuervitos” como las aves más hermosas de su paraíso (o sea, de su empresa); y por lo tanto, como si fuera irremediablemente congénito, los cuervitos son como él (cómo “papá cuervo”): los más inteligentes en la empresa y los más carismáticos en la familia.
Cuando se pierde la objetividad en la percepción de las habilidades y capacidades de los hijos y hermanos en la empresa de la familia, se corre el riesgo de perder competitividad empresarial ante la competencia que si se conduce con objetividad y profesionalismo.
El chovinismo, y su consecuencia el nepotismo, es una peligrosa y delicada práctica, en muchas ocasiones imperceptible para quien lo padece; es algo que difícilmente alguien se lo va a decir de frente al dueño de la empresa; salvo que, quien opina, sea un profesional.
Contacto: Díaz Salazar y Asociados, S.C.
