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Su pasión por la danza le cambió la vida. Busca cambiar la de otros

Conoce a Jimena Romero, becada por baile en el tecnológico de monterrey, que domina el arte del ballet, flamenco y danza contemporánea.

8 septiembre, 2021
Su pasión por la danza le cambió la vida. Busca cambiar la de otros
Su pasión por la danza le cambió la vida. Busca cambiar la de otros

Conoce a Jimena Romero, becada por baile en el tecnológico de monterrey, que domina el arte del ballet, flamenco y danza contemporánea

Mariana Zazueta | Campus Sinaloa

“Yo comencé a bailar desde que estaba en el vientre de mi mamá”, compartió Jimena.

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Jimena Romero, estudiante de PrepaTec en campus Sinaloa, empezó su camino por el baile a los 3 años, entrenando junto a su madre y su abuela, dominando hasta el día de hoy el arte del ballet, flamenco y danza contemporánea.

Al igual que su familia, se ha enfocado en la recuperación del negocio familiar, brindando clases de danza a niñas de 3-6 años.

Asimismo, explicó que dar clases la ha hecho aprender la importancia de la paciencia, la madurez y de ser un ejemplo para aquellas alumnas que buscan aprender a bailar.

“Como toda maestra, tienes que saber cómo tratarlas, tienes que tener mucha paciencia. Una parte muy importante es enseñarles la disciplina y el respeto a sus compañeras”, concluyó Jimena.

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Sus inicios en el mundo artístico

Su familia está rodeada por las artes, su abuela, su madre, su tía y sus hermanas son bailarinas formadas por la pasión y el amor a la danza, de acuerdo a Jimena.

Siguiendo la tradición familiar, Jimena fue poco a poco desarrollando sus habilidades y a los 9 años comenzó una etapa más seria en su carrera, pues, según Jimena, fue cuando comenzó a asistir a concursos de baile.

El primero fue el Concurso Nacional de Ballet en 2013 que se realiza en Ciudad de México, donde obtuvo un lugar en la final.

“Fuimos mi hermana menor y yo, yo quedé finalista y estaba muy nerviosa y emocionada por lo que sucedería”, relató.

Durante los siguientes años, Jimena se enfocó en su entrenamiento para diversos concursos, donde destacó en la competencia nacional Attitude en Guadalajara, Jalisco.

“La primera vez que asistí tenía 10 años y gané plata, la segunda vez que fui tenía 13 y obtuve el bronce”, explicó la estudiante.

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Bailar en compañía

Al entrar a preparatoria fue acreedora a una beca artística en el área de baile por el Tec de Monterrey campus Sinaloa para realizar sus estudios y unirse a la compañía de baile del campus.

“Es muy diferente, mi mamá ha sido mi maestra toda la vida, por eso el llegar a un área diferente, con maestros y compañeros diferentes causa un impacto”, comentó la alumna.

También narró cómo fue su experiencia y crecimiento al poder compartir y aprender de la diversidad de escuelas, técnicas y danzas que vio en sus compañeras.

“Cada quien estaba especializada en distintas danzas, ¡había hasta gimnastas y logramos congeniar super bien!”, destacó.

Así mismo, explicó cómo, durante su primer semestre en PrepaTec, en la compañía de danza se dedicaron a crear y montar una coreografía para el Festival de Danza.

Algo que la hizo desarrollar sus habilidades y crear nuevas, aprendiendo mucho en el proceso, según la alumna.

“No llegamos a la final, pero el proceso que llevamos considero que fue un buen trabajo, presentamos un trabajo muy digno”, dijo Jimena.

Por su lado, la maestra de danza en campus Sinaloa, Kenya Rodríguez, destacó el desempeño de Jimena como alumna y bailarina.

“Jimena es una alumna muy talentosa en la Danza, es una integrante de la Compañía que demuestra apoyo incondicional a sus compañeras”, cerró la maestra.

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Los más grandes obstáculos

A lo largo de su vida, Jimena ha sufrido diversas lesiones que han afectado en su entrenamiento y desarrollo del baile.

“De pequeña tenía mucha energía, sigo siendo así, pero antes no lo podía controlar, de pequeña me lastimaba dando saltos porque caía mal”, describió.

Agregó como en uno de estos saltos se dobló el tobillo y estuvo más de tres meses sin poder bailar o practicar, algo que la afectó de sobremanera, pues, según Jimena, en el ballet pierdes con rapidez tus avances.

“En uno de estos saltos me lastimé el tobillo, fue un retraso muy grande y tuve que volver a empezar porque en la danza lo que se gana se pierde el triple, si no entrenas un día, es como si no hubieras entrenado tres”, explicó la alumna.

Igualmente, la pandemia por Covid-19, fue un gran obstáculo, pues entrenar en casa es mucho más complejo que hacerlo en un lugar adecuado con las herramientas necesarias.

“Cambiaron muchas cosas, de estar en un salón pasas a un rincón para poder hacer tus entrenamientos, es un cambio muy drástico, de hecho me conseguí una barra de ballet para poder seguir estudiando en mi casa”, señaló Jimena.

A pesar de esto, Jimena narró que trató de tomarlo como una oportunidad de dedicar más tiempo al baile, a su técnica y a la escuela.

“Cuando empezó la pandemia comencé a entrenar muy duro, mi mamá tomó esa oportunidad para volver a practicar más constantemente, es un reto que hemos podido sacar adelante”, comentó la bailarina.

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Los valores y la disciplina

Jimena expresó también de la importancia de la disciplina al momento de ser una bailarina y una estudiante.

“Es pesado, se requiere de mucha organización, disciplina y fuerza de voluntad, pero vale la pena”, recalcó.

De igual manera, aconsejó a aquellas personas que buscan comenzar a desarrollarse en la danza, pues afirmó que el ballet es para todos.

“Con constancia, dedicación y disciplina todo puede ser tuyo, no naces con eso, sino que lo vamos desarrollando y ahí es cuando la pasión surge”, compartió la estudiante.

En conjunto, relató que es normal llegar a perder la motivación o el entusiasmo, especialmente con la situación actual por COVID-19, pero señaló que se debe buscar una red de apoyo para seguir adelante.

“Yo he llegado a cuestionarme si el ballet es para mi, pero siempre que tengo dudas, acudo a esas personas que me ayudan a ser mejor y me apoyan cuando me siento perdida, en mi caso es mi papá, mi mamá, mi abuela y mis hermanas, que son mi familia”, mencionó la bailarina.

Ver artículo original en revista Conecta


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