César López: revolucionar el arte y la música contra delito en Sinaloa
El artista colaborador de la ONUDD, de Naciones Unidas, llama a los sinaloenses a retomar le mensaje del dolor de las víctimas para cambiar el resultado de las violencias.
El artista colaborador de la ONUDD, de Naciones Unidas, llama a los sinaloenses a retomar le mensaje del dolor de las víctimas para cambiar el resultado de las violencias.
Cesar López, el músico colombiano creador de la “escopetarra”, ve similitudes entre Colombia y Sinaloa. Convocó a los sinaloenses a iniciar una revolución cultural en la música que retome el mensaje de las víctimas y no de los victimarios, que abunde en reflexiones sensatas que acompañen a las víctimas en su dolor y que rompa las figuras machistas y modelos de consumo mercantil.
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Cesar López habla del lado de la razón, sabe lo que dice. Tiene 20 años recorriendo los caminos de la violencia en Colombia, Con la música a flor de boca recogiendo las emociones de las víctimas afligidas, que filtra por los oficios del arte y las convierte en emociones sociales, en el radar de la realidad, como él la define.
Con ese sentimiento por las víctimas y la necesidad de cambiar la realidad violenta de su país, con un grupo de amigos creó el Batallón Artístico de Reacción inmediata, que ante cada atentado, homicidio o hecho violento, llegaban con sus instrumentos a tocar y cantar la música del discurso de paz en medio de la aflicción.
Cuenta que de esa experiencia aprendió que cada persona que ha sido violentada necesita ser acompañada y la música es un instrumento para sanar su alma. Afirma que ahí fue donde se dio cuenta lo importante del arte, el teatro y la danza en el proceso de sanación de las familias de las víctimas.
Durante su participación como ponente en la reunión mensual del Informe de Paz que organiza Construyendo Espacios para la Paz, César López señala que ese proceso con el dolor le enseñó que somos seres emocionales, que necesitamos atención emocional.
“En las cárceles, en los municipios, en los pueblos y las carreteras que visito, la gente tiene un reclamo social. Tiene emociones que necesita sanarse: rabia, ira deseos de vengarse, desesperanza”. De ahí saca la posibilidad de inventarse nuevos escenarios y reinventarse para nuevas actuaciones.
La AK 47, el arma usada como instrumento de la guerrilla y la delincuencia en Colombia la convirtió en su instrumento de paz, le hizo adaptaciones para convertirla en guitarra. Un instrumento al que llamó la “escopetarra”.
Desde el 2006 colabora con Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD) en la campaña "Generación de la no violencia". Habló de cara a los sinaloenses, donde se originó el narcocorrido como apología de los delincuentes y se extendió a todo México: rescatemos el arte, para ponerle el micrófono a los que sufren, no a los homicidas.
Se pregunta, ¿quiénes guiarán este camino?. Y una de sus respuestas es que para el ser humano, en cada lugar o pueblo hay un gran maestro que ha sufrido mayor dolor. “Siempre hay alguien con más resiliencia por haber perdido un familiar”. Recomienda, como él lo ha hecho, ponerle el micrófono a su historia, para que de ahí siempre emerjan nuevas palabras, que sean la creación artística que hable a la sociedad.
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Cesar López comentó en la conferencia virtual que, el arte ha sido siempre relegado a una tarea vocacional y una materia extra en currículos de escuelas y colegios. Cuando está demostrado que es una asignatura transversal al ser humano en las comunidades, “es medicina del alma de los pueblos, de las naciones”. Refirió que en un museo al ver una vasija o pintura vemos el legado de una persona que se tomó el tiempo de hacer algo para mostrar las virtudes.
Sus letras se han escuchado en Colombia y en el mundo, de ahí saca satisfacción para decir que, “Somos la herramienta para ser puente de la sociedad, recogemos la memoria emocional, consignada en documento o dispositivo de arte, que alguien después nos vuelve a conectar”. Llama a no repetir la violencia, y sí, en cambio, permitir una voz de esperanza que se cuele por entre las rendijas de una realidad tan pesada.
Entre sus actividades de vida, afirma que tiene la misión de educar niños compasivos, empáticos, solidarios, en la realidad con sus compañeros, que desde el arte ha permitido la formación y la expresión. Siempre están pidiendo esos niños la oportunidad de expresarse, poder narrar desde adentro lo que a fuera están viviendo. Por eso cree en el arte como fuente, como herramienta.
Sostiene que lo que hace el arte, es que “trabaja con los sentidos con el olfato, el tacto y el olor, amplía esa posibilidad de percibir el mundo a través de los sentidos”. Afirma que, el arte tiene la posibilidad de devolver el corazón perdido de la política.
Cesar López canta las historias de la vida del lado del que padece la violencia, para “ayudarle a la gente a encontrar ese crucigrama o acertijo de la vida”.
Entre sus aliados tiene jóvenes participantes de la violencia, a los que les ha caído todo el peso de la ley. Se pregunta ¿quién es vulnerable del sistema?. Ha atendido jóvenes en las calles y en las cárceles y sólo ha visto profundas potencialidades en el comportamiento violento, “hay trabajo posible, hay esperanza en cada ser humano”, comenta con el aliento de la experiencia.
El músico y compositor, sostiene que, se ha ido pensando distintas maneras de acompañar socialmente a las víctimas, y tener un impacto en la realidad con un sello de esperanza. Pero, dice, “si no hemos sido capaces de transformar nuestra realidad individual y si no hemos hecho un canto de la esperanza desde lo interno, será muy difícil que podamos externarlo afuera”.
En tiempos de desesperanza social por los problemas de violencia llama a “derrotar el machismo, derrotar las prácticas que como hombres hemos educado y que han sido generadores de violencia”.
Llamó a la sociedad sinaloense y mexicana “a trabajar en modelos de consumo distintos, que se alejen de esa presión que supone el tener el último dispositivo celular, cierta manera de vestirse, y que esa presión no se convierta en un motivo de vida”.
Cesar López cree que mucho de esto se puede trabajar desde el arte y la música, pero “Se necesita empezar a educar una nueva generación de artistas conscientes de su papel y el alcance de su obra. Y hacer visibles los sonidos que provienen de una reflexión más sensata y que generan estereotipos distintos y más positivos”.
https://www.unodc.org/newsletter/es/perspectives/no03/page008.html