Por Guillermo Bañuelos. Columna PUENTE NEGRO

El arancel para el tomate es una amenaza de muerte contra una industria que emplea a cientos de miles de mexicanos. Aunque es “provisional”, el tributo de 17.5% socava la estabilidad de Sinaloa y de otras regiones de México pues hablamos de miles de empleos perdidos y de cientos de millones de dólares que dejarán de percibir los exportadores.

El 7 de mayo, el gobierno de Trump cedió a las presiones de los productores de Florida y echó abajo el Acuerdo de Suspensión a la Investigación Antidumping firmado en 1996 por líderes agrícolas de aquel momento que tuvieron influencia y un peso específico en todas las esferas gubernamentales y comerciales de México y de EU.

La decisión que tomará el Departamento de Comercio de EU (DOC) antes de noviembre podría cambiar la historia de Sinaloa. El 19 de septiembre, resolverá la controversia y, en un plazo de 45 días, emitirá una decisión final. La peor determinación sería suspender el libre comercio. Mientras, los de Florida festejan y un sector vital de Sinaloa tiembla.

Dependiente del proteccionismo norteamericano, Florida siempre ha denunciado supuestas prácticas de Dumping (abaratamiento de precios) de parte de los agricultores de Sinaloa.

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Sostienen que los productores de México pagan salarios bajos y niegan condiciones de trabajo adecuadas a sus trabajadores, lo que les permite abaratar costos y competir con precios inferiores.

Desde los años 70, las campañas de los de Florida contra Sinaloa eran cosa de cada día. Sin embargo, los sinaloenses lograron constituir sólidas asociaciones y confederaciones locales y nacionales para la defensa de la actividad y sobrevivieron.

Aquellas organizaciones y sus líderes adquirieron gran fuerza. Eran leales a la tierra y al legado de los pioneros de una actividad que enaltece a su estado. Eran valientes para enfrentar a los propios presidentes de México y a las feroces agencias de EU. Pero también revolucionaron las formas de producción mediante innovación tecnológica. Los de Sinaloa y sus organizaciones eran ejemplo a nivel nacional. De este tamaño es el reto para los dirigentes agrícolas actuales. Está alta la vara.

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Sobre los dirigentes actuales recae la misión de convencer a las autoridades de EU de que su competencia es leal y debe ser libre. Aunque no van solos (los acompañan el gobierno del estado de Sinaloa y diversas dependencias federales), los dirigentes se rascan con sus uñas y esgrimen argumentos propios.

El Acuerdo de Suspensión reguló 23 años las exportaciones mexicanas de tomate y permitió aprovechar nuestras ventajas comparativas para producir tomate de altísima calidad.

RECUENTO DE DAÑOS / NUMEROLOGÍA

• De mantenerse un arancel del 17.5% a la exportación, los tomateros de Culiacán y de Sinaloa dejarán de generar más 85 mil empleos directos e ingresos por más de 400 millones de dólares por la temporada hortícola.
• El tomate es el tercer producto agrícola mexicano de exportación después del aguacate y la cerveza.
• En 2018, las exportaciones de tomate rozaron los 2 mil millones de dólares. El 95% del producto exportado tuvo como destino las mesas de los norteamericanos.
• Con el nuevo arancel, los consumidores de EU enfrentarán un incremento de precios de entre 38% y 70%.
• La producción y exportación de tomate genera en México más de 400 mil trabajadores directos; la mayoría son migrantes estacionales acompañados por sus familias.
• En cuando menos 17 estados mexicanos, esta actividad genera un millón de empleos indirectos adicionales en una cadena de industrias de soporte, logística y servicios diversos.
• El consumo de tomate en EU pasó de 12 libras (año 1980) a un promedio de casi 21 libras de consumo per cápita actual.