Por mucho tiempo el concepto de felicidad ha sido catalogado como vago, impreciso, difícil de comprender, de explicar, de digerir, y, sobre todo, de medir

Una ilustración de la complejidad del término feliz está en frases como: “Mi felicidad consiste en que sé apreciar lo que tengo y en que no deseo en exceso lo que no tengo” de Tolstói, o en lo dicho por Voltaire “Buscamos la felicidad, pero sin saber dónde, como los borrachos buscan su casa, sabiendo que tienen una”.

Con criterios mucho más precisos que las frases anteriores, Naciones Unidas ha impulsado, junto a otras organizaciones y universidades, una medición más científica de la felicidad. Así, hoy existen 2 instrumentos: El Happy Planet Index y el World Happiness Report, que a su modo y método particular miden qué tanto y por qué es la gente feliz a lo largo y ancho de las regiones del mundo.

En mi particular opinión es mucho más completo el Reporte Mundial de la Felicidad por el número y la complejidad de variables que toma en cuenta y cruza. Veamos.

En su esfuerzo más reciente, apoyado por la ONU, este Reporte, que fue publicado en marzo pasado, pidió a los participantes evaluarán su vida en una escala del 0 al 10, donde 0 es la peor vida posible y 10 es la mejor vida posible.

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Pero, además, le agrega al análisis un índice compuesto por seis elementos: Producto Interno Bruto (PIB), expectativa de vida sana, relaciones sociales, libertad, generosidad y ausencia de corrupción. Con esta base se compara qué tan felices son los habitantes de 156 países en todo el globo terráqueo.

El Top Ten está compuesto por Finlandia, Dinamarca, Noruega, Islandia, Holanda, Suiza, Suecia, Nueva Zelanda, Canadá y Austria. ¿Y México? Va parecer mentira lo que les voy a compartir, pero chéquenlo por favor en la página web worldhappiness.report/ed/2019.

Los mexicanos somos más felices que los españoles, que los franceses y que los argentinos, a pesar de que ellos tienen mejores equipos de futbol. México es el segundo país más feliz de Latinoamérica, sólo después de Costa Rica. Inmersos en este contexto podría resultar útil preguntarnos qué nos hace felices en Culiacán.

Los que habitamos esta Ciudad somos parte de un país que está entre la élite de la felicidad mundial. Formamos parte del 16% de la población más feliz del mundo. Somos pues, una Ciudad feliz. ¿Quiénes me leen se sienten todos felices? Es posible que sí en diverso grado.

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¿Podríamos sentirnos más felices? ¿Tenemos áreas de mejora para incrementar nuestras satisfacciones colectivas? Estoy convencido que tenemos muchos argumentos para sentirnos felices en Culiacán.

Pero también estoy seguro que mejorando algunos pendientes de todos los que vivimos aquí podríamos ser todavía más felices.

Aquí una lista de cosas sencillas que incrementarán nuestro nivel de felicidad: come despacio, prioriza la paz por encima de la razón, planta un árbol, sonríe un poco más, perdona, haz ejercicio, ajústate a tu presupuesto, trata de dormir bien, haz algo bueno por alguien, deposita la basura en su lugar y, como dice José María Napoleón, “trata de ser feliz con lo tienes”.

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La sencillez de hacer lo que se sugiere en la lista anterior se complica a veces en nuestro día a día. Es natural que para algunos “sonreír un poco más” represente todo un reto. Cuando eso suceda sólo recordemos a qué venimos a este mundo: a ser felices.

La felicidad es una decisión de todos los días. Tú, ¿ya empezaste con tu decisión el día de hoy?