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La fiesta de la Taspana, 160 años en la historia en San Javier

Saludos a todos los paisanos, ya vendrán tiempos mejores para volver a reunirnos al son de la banda, el sonido de los machetes y el bullicio de las mujeres. Por ahora a cuidarnos todos.

23 octubre, 2020
La fiesta de la Taspana, 160 años en la historia en San Javier
La fiesta de la Taspana, 160 años en la historia en San Javier

Una fiesta popular que es patrimonio cultural de Sinaloa traspasando generaciones.

Dr. Xicoténcatl Vega Picos

Machete en mano, aquel tercer domingo de octubre de 1860, Jesús Bolado, vecino de San Javier, San Ignacio, Sinaloa, se propuso “taspanar”, o limpiar la maleza que había crecido frente a su casa, debido a las lluvias de esa temporada. Su idea fue el tumbar las ramas y espinas para que fuera más seguro el caminar por entre las veredas.

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La historia del pueblo dice que más pobladores se le unieron a esta causa, esto significó más brazos, machetes, orquetas y otros instrumentos que pudieran facilitar el encargo. ¿Cuántas casas o familias eran las que conformaban, en ese tiempo, en el poblado?, no lo sabemos.

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No es mucha la información histórica de mi natal San Javier. Lo que sí sabemos es que este pueblo es cuna de músicos, y por ende sus pobladores han sido y son bullangeros, alegres y fiesteros, y en ese lejano año de 1860 seguro que también lo eran.

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El sudor provocado por el ejercicio y el calor de la temporada ameritaba la toma de agua de manera constante para continuar con el trabajo. A la romería y bullicio de los taspanadores se les unió el señor Vicente Zazueta, aportando abundante mezcal, para compensarlos por su labor y así paliar el cansancio y la sed. Me imagino que la fiesta continuó ya finalizada la limpieza con los acordes de las guitarras y libando más mezcal.

Terminada la labor y la fiesta, decidieron hacerla el siguiente año, siempre el tercer domingo de octubre, y luego el siguiente y así ya han pasado 160 siguientes años de manera ininterrumpida. Se han ido los Bolaños, los Zazuetas de aquellos años, pero hoy la tradición continúa con los Barrazas, los Picos, los Lafargas, los Vegas, los Trejo, los Bernal, otros Zazuetas, los Tostados, después se les unieron los Tolosas, los Cadenas y siguen muchas familias que han abonado su compromiso al pueblo durante estos más de 160 años de trabajo ininterrumpido.

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Más que abonar a la limpieza, esta fiesta sirve para unir y hermanar a un grupo de orgullosos pobladores con una tradición que, con el paso del tiempo, ha trascendido el objetivo original de limpiar la maleza de sus polvorientas calles y zanjones. Hoy estas fiestas forman parte del patrimonio cultural de Sinaloa.

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La Fiesta de la Taspana

La Taspana se ha convertido en una fecha importante en el calendario del pueblo, ya que sirve para reunir a aquellos sanjaviereños que siguen en el poblado con aquellos que por diversos motivos se encuentran fuera del terruño, es un punto de encuentro con aquellos ausentes.

Es una romería en donde abunda la alegría, el buen humor, las ganas de pasar un rato con un amigo que no has visto por un buen de años, y que te sorprende con una palmada en el hombro y un “quiubo tonto pinchi”, eso sí, todo sudado por el arduo trabajo que realizó limpiando su querido San Javier y orgulloso te muestra su machete todo mellado y una que otra ampolla en la mano.

En los últimos años, la visita de turistas al pueblo se incrementó de manera exponencial, camiones y vehículos desfilan desde temprano y de ellos bajan cientos de turistas, no son del pueblo, pero vienen a disfrutar de las fiestas y a poner su granito de arena a la economía local. Su alegría también desborda por todos lados y sus comentarios siempre son por demás favorecedores. ¿A quién no le gusta una fiesta? Y más si ésta es tan singular y representativa como lo es la Taspana.

Hoy la pandemia mermó la afluencia de turistas, sin embargo, los locales tomaron el control de la situación, una noche antes afilaron los machetes y se prepararon para cumplir la tarea. Por la mañana, sin el bullicio acostumbrado, pero con gusto enfilaron a cumplir con el legado de don Jesús Bolado, Vicente Zazueta y otros más de aquellos ayeres.

Aquellos hombres que dejaron un legado deben de estar satisfechos, ya que, a 160 años de su génesis, esta limpieza aún se sigue realizando en este pequeño poblado regado por las aguas del río Piaxtla. Enhorabuena por todos aquellos sanjaviereños bullangueros y los no tantos como yo, que mantienen una tradición en donde se muestra la solidaridad que todos conocemos.

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Saludos a todos los paisanos, ya vendrán tiempos mejores para volver a reunirnos al son de la banda, el sonido de los machetes y el bullicio de las mujeres. Por ahora a cuidarnos todos.

Dr. Xicoténcatl Vega Picos. AAVES. Asesores Ambientales Vinculados a Empresas Sustentables.


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