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Las aves como detonantes del movimiento de conservación

El caldo para iniciar el movimiento de conservación ya estaba listo y se ocupaba un motivo. Aquí es donde entra el Pichón Pasajero. Ten más detalles en la nota.

1 marzo, 2021
Las aves como detonantes del movimiento de conservación
Las aves como detonantes del movimiento de conservación

Por Dr. Xicoténcatl Vega Picos

Dos historias diferentes las de estas aves, la Espátula Rosada (Platalea ajaja) y el Pichón Pasajero (Ectopistes migratorius). La primera aún deambula por las zonas costeras, la segunda pasó a la historia por su extinción. Sin embargo, las dos forman parte de la historia del movimiento conservacionista que detonó en los Estados Unidos de Norte América, las cuales posteriormente permearon hasta crear las bases para la protección de los recursos naturales.

Manuel Grosselet, el francés ornitólogo más mexicano que el mariachi, publicó en redes sociales lo siguiente: “se dice que un ave bonita no canta bien. Pues grabé llamados de la Espátula Rosada y en efecto, nada melódico”. Escuché la grabación, me recordó a los berridos que pegaba cuando asistía a las clases de canto con el maestro Efraín “Payín” Montoya.

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Tenía ganas de escribir algo sobre esta especie, porque como dice Grosselet es “un ave bonita” y además yo le agregaría espectacular. Es considerada como una ave acuática, se encuentra principalmente en toda la zona costera de Sinaloa, pero yo las he visto en San Javier, San Ignacio, mi terruño que se encuentra a pie de sierra y bastante alejado de la costa. Además, fue parte de una historia de conservación por demás exitosa que es considerada como el inicio de la protección de esta y otras especies de aves.

La supervivencia de esta especie y otras especies de aves acuáticas con plumajes vistosos se vio severamente afectada a finales del siglo XIX principios del XX en los Estados Unidos de Norte América. Es difícil de creer, pero la razón es ridícula e increíble. Resulta que las damas de la sociedad, en ese tiempo también vestían a la moda, y la moda era llevar sombreros con plumas, esto abrió un mercado para la caza de estas aves, especialmente durante el período reproductivo ya que es cuando diversas especies de aves se engalanan con un plumaje nupcial con el objetivo de atraer pareja.

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Estamos hablando de millones de garzas, y otras aves limícolas o acuáticas, incluyendo a la Espátula Rosada las que fueron cazadas. El exterminio fue tal que diversos grupos conservacionistas de aquellos tiempos se manifestaron en contra de estas brutales masacres e irracionales y fatuas modas, con una presión social y mediática encima lograron que las damas de sociedad se desistieran del uso de sombreros con plumas y movilizaron al gobierno federal a realizar acciones en pro de la conservación.

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El caldo para iniciar el movimiento de conservación ya estaba listo y se ocupaba un motivo. Aquí es donde entra el Pichón Pasajero. Esta ave en su tiempo fue considerada como la más abundante de Norte América. Fueron tan abundantes en su tiempo que algunos historiadores naturalistas indicaban que el cielo se oscurecía con ellos. Un escrito de Wilson (1812) lo describió de la siguiente manera “de repente me sorprendió un estruendo seguido de un rugido intenso y una oscuridad instantánea, la cual en una primera instancia pensé que era un tornado”. Otros decían que el cielo se oscurecía. Su población se estimó entre los 3 a 5 billones de aves. Pues todo esto se acabó cuando el último individuo llamado Martha murió en el zoológico de San Luis, Missouri en 1914.

Por ello, cuando se depreda un recurso natural, por abundante que parezca, de una manera incontrolable, es probable que su supervivencia no se garantice.


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