(VIDEO) El puente negro de Culiacán trajo el progreso a la ciudad
En su tiempo sirvió como exportación de productos mineros y de transporte de pasajeros.
En su tiempo sirvió como exportación de productos mineros y de transporte de pasajeros
El famoso puente negro de Culiacán ha sido testigo de muchos acontecimientos importantes. El paso ferrocarrilero todavía en uso, es además escenario para fotografías, deslumbrantes atardeceres, campañas de turismo, incluso hasta de logotipo para mercancía. Hoy es ya un lugar emblemático de los culichis.
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Pero hablar del puente negro, es hablar de historia, es hablar de economía, progreso y modernización para una ciudad.
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Durante la época del porfiriato, con la introducción del ferrocarril a México, se desarrolló e implementó la construcción de vías para que un ferrocarril fuera de Sinaloa a Jalisco, de acuerdo a un comunicado que envió el presidente Porfirio Díaz, al entonces gobernador de Sinaloa Francisco Cañedo, en el año de 1905.
En ese entonces la compañía Southern Pacific, fue la encargada de realizar el proyecto, haciendo un depósito de 240 mil pesos para garantía del proyecto ferroviario.
Estos trabajos comprendieron la ruta de norte a sur, y pasaría por Álamos, Culiacán, Mazatlán, Tepic y hasta Guadalajara.
La ambiciosa obra incluyó la realización del hoy conocido Puente Negro, que tenía como objetivo, que el tren pudiera entrar y salir de la Culiacán. A más de un siglo de su construcción, hoy es un atractivo para los ciudadanos y turistas ver cruzar el tren de carga, junto a sus atardeceres.
Este mismo proyecto pretendía acercar los lazos comerciales entre la zona del noroeste de México con el sur de California en Estados Unidos.
American Brigde Company construyó este puente ferroviario. El autor del diseño del Puente Negro fue George Stranahan, un ingeniero que trabajaba para la Southern Pacific, quien diseñó la estructura de celosía de acero de aproximadamente medio kilómetro de longitud.
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Sus piezas fueron traídas desde San Francisco, California, se inició en 1907 y duró alrededor de un año.
Su construcción representó la llegada de la tecnología al municipio de Culiacán. En ese entonces, la economía se activó a raíz de que en los trenes se contaba con vagones refrigerados, con los que se podían exportar productos agrícolas hacia otros estados, incluyendo a Estados Unidos.
Otro detonante fue la exportación de productos mineros, y como medio de transporte para las personas de Culiacán.
De acuerdo con el periódico La Crónica de Culiacán, el Puente Negro en su tiempo tuvo un costo estimado de medio millón de dólares. Y pagó con frutos la inversión al llevar a Culiacán al progreso que en esa época significaba la conectividad ferroviaria.
El viejo puente negro fue el primer símbolo de la modernidad porfirista en Sinaloa, y hoy está más presente que nunca en la vida de los culiacanenses con fotos y postales conmemorativas de la familia.
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