Un poco de filosofía: La importancia de la estética

Sus escritos, sin embargo, cambiarían para siempre la forma en que pensamos sobre el arte.

Antes de Schopenhauer, la mayoría de las obras de arte (ya fuera música, pintura o danza) se consideraban una diversión frívola o similar a una artesanía decorativa, no una expresión del genio o de los sentimientos más íntimos de una persona. 

Pero Schopenhauer ayudó a cambiar esas actitudes con su teoría sobre la voluntad humana. 

 

Es complicado, pero brevemente:

El filósofo creía que estamos cautivos de nuestra voluntad (nuestros esfuerzos, nuestros deseos, nuestros impulsos) y estamos condenados a sufrir.

Una forma de escapar de este sufrimiento, argumentó Schopenhauer, era a través de experiencias estéticas. 

El arte funciona como una experiencia cuasi religiosa, que nos libera del sufrimiento de nuestra propia voluntad. 

Además, argumentaba, el gran arte no era producto de meros artesanos, sino del genio.

Naturalmente, a muchos artistas les gustaron las ideas de Schopenhauer sobre la estética. 

Richard Wagner, León Tolstoi y muchos otros creativos pregonaron su trabajo, que elevó el arte a un plano superior. 

Gracias a las teorías de Schopenhauer, los artistas y las obras de arte comenzaron a ser elogiados como vitales y necesarios para la salud de la sociedad. 

 

Se reunió un canon de obras maestras famosas, y la gente trataba a sus creadores con una creciente reverencia divina. 

Muchas de estas actitudes, que ayudaron a definir el romanticismo del siglo XIX, aún persisten hoy.

 

El arte y los artistas son como inventos e inventores.

Descubren lo nuevo en las culturas y pensamiento de la humanidad.

Por ello son muy valiosos, ayudan a la evolución de los seres humanos.