Estos son los retos que enfrenta Culiacán ante el fentanilo
¿Está preparada la población?, ¿Cuáles son los retos de especialistas ante una droga que puede lucir atractiva a la vista de niños y adolescentes, pero que puede quitarles la vida desde el primer consumo?
El consumo de fentanilo en el país y en la capital sinaloense es una realidad. Este llega, incluso a adolescentes y jóvenes en atractivas presentaciones: en golosinas, tabletas de color rosa, azul, verde pastel; o bien, en polvo que puede inhalarse con un suave soplido, o en goteros, pero que puede acabar con su vida desde la primera exposición a esta sustancia.
¿Hay conciencia o una preocupación social de la gravedad de esta sustancia en la ciudadanía, en los padres de familia?, ¿Cómo se han preparado las autoridades?, ¿Cuáles son los retos de las y los especialistas ante este poderoso opioide? De eso hablamos en el panel “Culiacán. El fentanilo, los efectos del consumo y los riesgos en la población”, en el que participaron Martha Alicia Torres Reyes, directora de la Comisión Estatal para la Prevención y Tratamiento Contra las Adicciones (CEPTCA), y Manuel Velázquez Ceballos, director de los Centros de Integración Juvenil en Culiacán y Sinaloa (CIJ).
“Pareciera que el problema de las adicciones está más en la conciencia de los sinaloenses a partir de que se escucha hablar de una droga emergente, el fentanilo. No es que esta sustancia venga a decirnos que ahora sí nos pongamos las pilas y volteemos a ver el problema en el consumo de las drogas, sino que corresponde a una etapa de evolución de las drogas que se consumen en el medio y busca, bajo un principio de mercado, cómo asegurar al futuro consumidor, o al que ya se tiene y está luchando por salir de esas adicciones”, advierte Torres Reyes.
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Pacientes que desconocen haber consumido fentanilo
La titular de CEPTCA indica que a las salas de urgencia en los hospitales arriban pacientes en estado de inconciencia, paros respiratorios o paro cardiaco y que una vez en estado de recuperación rechazan haber consumido fentanilo, argumentando solo consumo de cocaína o cristal, pero que es la primera vez que les produce el estado que lo llevó a hospitalización.
“El problema siguen siendo las metanfetaminas porque es la sustancia más adictiva, relacionada con el desorden neurológico que activa la violencia en el cerebro. Si tuviésemos estudios metodológicos cualitativos, podríamos relacionar que el consumo de las metanfetaminas está muy relacionado con los homicidios, con los feminicidios”, señala la especialista.
“En adicciones, lo menos real es la estadística” Añade que, según datos del Sistema Epidemiológico del Comportamiento contra las Adicciones, que reportan los Centros de Tratamiento Residencial y los Centros Comunitarios de Salud Mental y Adicciones, conocidas como Uneme Capa, en la entidad hay 7 mil 498 personas enclaustradas en un establecimiento residencial de las adicciones, muchos de ellos en edad productiva, sin producir.
“La estadística de las adicciones siempre será el número menos real que podamos tener en una estadística. En estos casos vemos a muchos que son padres o madres que están desatendiendo a sus hijas e hijos”.
Este registro habla además de 473 mujeres que, en entrevista refieren sostener la drogodependencia a través de un mundo de prostitución, trata y violencia.
“Que el fentanilo sea de un grupo opioide significa una droga con un potencial máximo de sedación, relajación y analgesia; de ahí su uso clínico como droga farmacológica, solo para procesos de sedación, intubación; por ejemplo. Se produce de forma sintética en laboratorios artesanales y busca aprovechar el efecto que tiene con la morfina, mucho mayor, de un cincuenta a un cien por ciento”.
El reto para los especialistas
La directora de CEPTCA señala que el fentanilo es una droga que busca asegurar el mercado. Es evidente al encontrar que el principal efecto es producir las más altas cantidades de dopamina, el mejor neurotransmisor por excelencia, pues genera un sentido de superpotencia y super fortaleza, lo que en altas cantidades asegura la adicción o drogodependencia.
El deber de las y los especialistas, señala Torres, es trabajar para combatir el sentido de normalización que existe para el consumo de las drogas, sensibilizar a los padres que consumen tabaco y alcohol que esa es una influencia negativa para sus hijos, por ejemplo.
¿Cómo prevenir el consumo?
La especialista llama a la atención primaria a la salud mental, fortalecer los lazos de convivencia comunitaria, sin embargo, señala que generalmente son estas donde se consume alcohol, e incluso drogas como la cocaína o el cristal. “Estamos en un medio normalizado”, lamenta.
“Debemos evitar la primera dosis porque después de esta, difícilmente podrá decir ´no´ a la segunda. Debemos trabajar en las coaliciones comunitarias, que integran ciudadanos para promover y combatir la normalización en el consumo de drogas”, indica.
Jóvenes buscan “resolver” a través del consumo
Manuel Velázquez Ceballos, director de los Centros de Integración Juvenil en Sinaloa, señala que las y los jóvenes que están consumiendo drogas buscan resolver problemas o emociones a través de estas.
“Cuando identificamos que un joven consume, nuestra mirada tendría que ir hacia las causas, que tal vez el joven encontró una salida de 999 salidas. Si nos vamos a identificar lo que está ocurriendo a la persona consumidora, encontramos que están teniendo duelos que nunca han resuelto, o que han sufrido abandono o violación; se trata de detonantes que están llevando al consumo de drogas”, indica.
A los Centros de Integración Juvenil, añade, llegan pacientes cargados de su pasado. Los ayudan a realizar un esquema en el que los hacen identificar qué tan presentes está en su pasado, y poco a poco entienden que el consumo es el pretexto para escapar de lo que han vivido o la ansiedad que les genera el futuro.
Con información de Construyendo Espacios para la Paz.
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