¡La magia del Payaso “Pancholín”! 14 años de transformar sonrisas y crear alegría en Culiacán
Francisco Montoya Bárcena, el entusiasta hombre que detrás de la nariz roja y el maquillaje colorido transforma la alegría en arte
Culiacán, Sinaloa.- Desde su inicio en 2009 como malabarista urbano, Francisco Montoya Bárcena, conocido en el mundo del entretenimiento como el Payaso Pancholín, ha recorrido un fascinante camino hacia el corazón de su audiencia.
Lo que inició como un interés en los malabares, pronto se convirtió en una pasión de por vida gracias a los resultados positivos que obtenía, especialmente al hacer reír a las personas.
Pasión, risas y revelación
Pancholín recuerda con entusiasmo su primer espectáculo como payaso en un semáforo, donde encarnó a un payaso trampa vagabundo y realizó malabares con fuego.
Aquella experiencia no solo fue un desafío, sino una revelación, dándole la oportunidad de explorar un personaje que superaba los límites de Francisco Montoya Bárcena.
Poncholín, reveló para Tus Buenas Noticias, que las cualidades más importantes de un buen payaso incluyen tener la chispa encendida para conectar con el público y la capacidad de improvisar.
- Además, considera fundamental saber un poco de todo:
Música
Malabares
Acrobacias
Mímica
Globoflexia
Monociclo
Entre otros
Actuaciones favoritas. Pancholín disfruta más los shows en fiestas infantiles. Para él, dejar una enseñanza en los niños es de vital importancia y muy gratificante. Además, el cariño de la gente que valora su trabajo es lo más gratificante de ser payaso, aunque también ha enfrentado desafíos, como trabajar de enfermo.
Con un carisma inigualable y una nariz roja que lo hace inconfundible, Francisco también lleva su buen humor a camiones urbanos y cruceros de la ciudad, alegrando a todos los que tienen el placer de cruzarse con él.
Entre sus rutinas favoritas, Montoya Bárcena destaca el elástico (teatro de lo absurdo) y el yoyo chino (malabares). A lo largo de su carrera, ha tenido experiencias memorables, como caídas no planificadas que el público creyó que eran parte del espectáculo, expresó entre risas.
También relató que uno de los momentos más desafiante de su carrera fue reunir un gran número personas en el Malecón Nuevo y que logró superar con persistencia y dedicación.
“Superé este reto realizando llamadas repetidas, una, dos y tres veces, hasta asegurar la asistencia necesaria para realizar el show”, reveló con orgullo.
El vecino de la colonia 10 de Mayo, manifestó que adapta sus actuaciones según la audiencia. Si hay niños presentes, cambia su rutina a un humor 100% blanco para asegurar que sea apropiado para ellos.
Además, señaló que durante su trayectoria de más de 14 años ha recibido formación en talleres con maestros como Jorge Luis Hurtado Reyes "Tilichito" y Mariano Meza (Mimo), así como en congresos nacionales de payasos.
Y para mantenerse actualizado, Pancholín participa en talleres y tutoriales en grupos de WhatsApp con otros payasos. Y le ha tocado colaborar con otros artistas como Panchelo y Mechita Bombín.
El vestuario y maquillaje juegan un papel crucial en su personaje, añadiendo un elemento de lo extra cotidiano. Asegura que le toma aproximadamente una hora prepararse antes de cada actuación.
Hacer reír a los demás es una fuente de satisfacción para Pancholín. Cree firmemente que las personas pueden olvidar su nombre, pero no el instante en que les hizo reír.
"Me alegra mucho cuando las personas me saludan con un grito de felicidad en los cruceros. También disfruto haciendo reír a la gente con mis ocurrencias en los camiones”, manifestó con una sonrisa, Pancholín.
Pancholín tiene grandes sueños por cumplir
En el futuro, espera consagrarse como payaso y actualmente está trabajando en una pequeña agencia de payasos junto con sus compañeros Mechitas y Pan Chelo.
Con cada sonrisa que enciende y cada risa que provoca, el Payaso Pancholín deja una huella imborrable en el corazón de quienes lo conocen. Francisco Montoya Bárcena, el hombre detrás de la nariz roja y el maquillaje colorido, ha transformado su pasión en un arte que va más allá del entretenimiento; ha creado momentos de alegría que perduran en el tiempo.
Con un cierre característico, Pancholín se despide diciendo: "¡Saludos, se despide su amigo, el Payaso Pancholín a sus pies... claro, ¡si no les huelen mal!" Porque, al final del día, lo más importante para Pancholin es el impacto de su alegría y el recuerdo duradero que deja en cada corazón.
