El Parque de las Piedras, un vestigio de la historia del Humaya en Culiacán
Las enormes piedras del parque del Humaya Culiacán, despiertan curiosidad de chicos y grandes
En el corazón del sector Humaya, en Culiacán, se encuentra un espacio singular que guarda las huellas del pasado. Conocido popularmente como el Parque de las Piedras, este lugar, oficialmente llamado Parque Nueva Vizcaya, es uno de los pocos vestigios que conserva la esencia del antiguo Humaya, antes de ser urbanizado.
Ubicado entre la calle República de Guatemala, Obrero Mundial y San Miguel, el parque se extiende sobre unos 4,200 metros cuadrados. A primera vista, sus enormes rocas, que dominan el paisaje, parecen ser un accidente natural; pero, en realidad, son testigos de una historia que data de más de 65 años.
¡Recibe las últimas noticias!
Un remanso de tranquilidad
El parque, que hoy luce como un remanso de tranquilidad, fue en su origen una zona boscosa y montañosa, un espacio donde las familias de antaño convivían con la naturaleza, alejados de la urbe que poco a poco comenzaba a expandirse.
“Todo aquí era monte hace unos 65 años. De este lado del río Humaya solo había unas 30 o 40 casas”, recuerda Alberto Amezcua Piña, un vecino de la zona, quien vivió esos años de transición en los que el Humaya comenzó a poblarse.
En ese entonces, la zona más próspera era Tierra Blanca, mientras que el Humaya era aún un terreno sin mucha urbanización.
El padre de Alberto, el señor Abelardo Amezcua Conde, fue uno de los primeros en establecerse en esta área. “Mi padre tenía siete hectáreas de tierra. Sembraba una parte y el resto lo utilizaba para el pastoreo de animales”, cuenta.
El parque era una loma empedrada
El terreno donde hoy se erige el Parque de las Piedras, solía ser una loma empedrada, con grandes rocas, algunas tipo cantera que aún hoy sobresalen entre la vegetación del parque.
Con el paso de los años, muchas de las áreas cercanas fueron urbanizadas, pero el parque logró conservar su geografía, con esas imponentes piedras que siguen ahí, desafiando el tiempo y el progreso.
“Solo este parque conservó sus piedras, quizás por ese gran tamaño que tienen”, explica Alberto, quien comparte con nostalgia cómo el lugar ha cambiado, pero al mismo tiempo sigue siendo un reflejo de lo que fue.
Hoy, este espacio es un lugar de esparcimiento, especialmente para adolescentes y adultos, que se sienten atraídos por sus formaciones rocosas. En su interior también han habilitado áreas recreativas con algunas bancas y un par de improvisados techos, además de la plantación de algunos árboles que contrastan con la vegetación original.
El Parque de las Piedras, con su paisaje de roca y vegetación seca, es más que un espacio recreativo. Es un pedazo de la historia de Culiacán que, a pesar de los avances urbanos, sigue siendo un refugio de naturaleza y recuerdos de historia.