Tus Buenas Noticias

Doña Adela Astorga inspira con su Lonchería Adelita, llena de sabor en Tierra Blanca

La Lonchería Adelita, ubicada en Tierra Blanca, Culiacán, es el refugio de esta mujer originaria de Durango

7 diciembre, 2024
A sus 72 años, doña Adela Astorga se mantiene activa en su lonchería ubicada en Tierra Blanca, por Obregón y Artesanos, en Culiacán.
A sus 72 años, doña Adela Astorga se mantiene activa en su lonchería ubicada en Tierra Blanca, por Obregón y Artesanos, en Culiacán.

En un rincón de Tierra Blanca, en la esquina de Obregón y Artesanos, doña Adela Astorga Peña sigue cocinando historias que saben a nostalgia, esfuerzo y amor. Desde hace 27 años, su refugio es la Lonchería Adelita.

A sus 72 años, esta mujer originaria de Durango es un ejemplo de trabajo y fortaleza, una inspiración que ha convertido su pasión por la cocina en un motor para seguir adelante, a pesar de las adversidades.

Doña Adela Astorga inspira con su Lonchería Adelita, llena de sabor en Tierra Blanca

¡Recibe las últimas noticias!

Un legado culinario que comenzó en la juventud

Doña Adela comenzó en los fogones siendo casi una niña. A los 16 años, trabajaba en la Feria Ganadera junto a su hermana, vendiendo antojitos como menudo, pozole y tacos de carne asada cuando esta feria se instalaba a la salida norte de la ciudad, donde hoy está la Plaza Sendero.

Eran tiempos distintos, recuerda con un brillo en los ojos, cuando las jornadas se alargaban hasta el amanecer para surtir el mercado.

“Hacíamos unas ollonas de champurrado, de atole pinole, tamales, menudo y pozole, vendíamos muchísimo. En ese entonces no era peligroso, podíamos dormir ahí y no pasaba nada”, rememora.


Con el tiempo, la feria cambió de ubicación y su ritmo agotador la llevó a buscar otras oportunidades. A lo largo de su vida, Adela trabajó en restaurantes como el de Enrique Lugo y luego en las famosas Carretas de Los Colín

Allí, aprendió no solo a cocinar con maestría, sino también a desempeñar cualquier tarea necesaria, desde hacer tortillas hasta atender eventos.

“Mis patrones me llamaban ‘el brillante’ porque aprendía rápido”, comenta con orgullo. Sin embargo, tras 20 años en las Carretas de Los Colín, decidió hacer una pausa y buscar su pensión, cansada de las largas jornadas.

Aun así, su espíritu incansable no le permitió quedarse quieta, y en 1997 abrió la Lonchería Adelita, donde atiende y cosecha amistades desde entonces. Este negocio le permitió lograr su pensión.

Doña Adela Astorga inspira con su Lonchería Adelita, llena de sabor en Tierra Blanca

El dolor que no detuvo su camino

La vida de doña Adela no ha estado exenta de tragedias. Perdió a sus dos hijos, Carlos Ariel y Eladio, en circunstancias diferentes, pero dolorosas: a Eladio debido a una enfermedad crónica y a Carlos Ariel de forma violenta.

“Cuando mataron a mi hijo, sentí que me moría. Me desmayaba de la tristeza y el dolor”, confiesa ante la tragedia ocurrida hace unos 15 años.


Sin embargo, encontró en su negocio una forma de mantenerse de pie. Cocinar, atender a sus clientes y recibir el cariño de sus amistades y de quienes la llaman “madrecita” le han ayudado a enfrentar el vacío que dejaron sus hijos.

“Aquí me divierto, platico con la gente, me siento tranquila, a gusto y borro los malos pensamientos y las tristezas en mi alma de que se me acabaron mis hijos”, comparte

Una vida dedicada al servicio

Hoy, a sus 72 años, doña Adela sigue activa, preparando su auténtica comida mexicana con un toque de rancho que enamora a todos.

Aunque sufre dolores en la columna, camina al mercado, carga su mandado y sigue al pendiente de su madre, una mujer de 103 años a la que cuida con esmero y con la ayuda de una señora.

Doña Adela vive en Tierra Blanca, cerca de su negocio, en casa de su madre, aunque ella tiene su propio patrimonio forjado gracias a años de esfuerzo. Y aunque sueña con descansar, encuentra en su trabajo una fuente de alegría.

“Me divierto con mis amigas, platico con la gente y me siento tranquila”, dice, dejando entrever la fortaleza que ha forjado con los años.


Doña Adela Astorga inspira con su Lonchería Adelita, llena de sabor en Tierra Blanca

Un testimonio de resiliencia

Con más de cinco décadas en Culiacán, doña Adela ha dejado una huella profunda en quienes la rodean. Su negocio, Lonchería Adelita, no solo es un lugar donde la gente va a comer, sino también un espacio donde se comparten historias y se siente el calor humano que ella ofrece a cada cliente.

Además de la simpatía que comparte en cada comida, su negocio es un ejemplo de limpieza. Verla cocinar a sus 72 años es admirable con la maestría que lo hace.

A pesar del cansancio y las dificultades, doña Adela sigue siendo una mujer que inspira. Su historia es un recordatorio de que el trabajo, la pasión y el amor por los demás pueden transformar incluso las situaciones más difíciles en un motivo para seguir adelante.

1 / 4
Imagen 1
2 / 4
Imagen 2
3 / 4
Imagen 3
4 / 4
Imagen 4

Enlaces patrocinados