Daisy Sarabia y sus snacks, un ejemplo de resiliencia en el fraccionamiento Los Ángeles
Con su negocio de snacks, Daisy Sarabia es un ejemplo de esfuerzo y perseverancia al nororiente de Culiacán
En el fraccionamiento Los Ángeles, Daisy Sarabia, de 42 años, transforma cada mordida de sus esquites, elotes y fresas con crema en un recordatorio de que el esfuerzo y la perseverancia siempre rinden frutos.
Propietaria del negocio La Mordida, por calle Alamitos frente a la Primaria Kimmor González Lara, Daisy no solo vende snacks, sino que también comparte una historia de superación que inspira a su comunidad.
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Los inicios de Daisy
Daisy llegó al fraccionamiento a los 20 años, pero su vida ha estado marcada por idas y regresos. Tras vivir en Hermosillo y Mazatlán en distintos periodos, regresó definitivamente al sector en el año 2020. Fue ese mismo año, en medio de la pandemia, cuando decidió abrir su primer negocio.
“Empecé vendiendo de todo: raspados, helados, churros, chocobananas, mango locas. Tenía ayuda de tres personas. Pero, por problemas económicos y personales, tuve que cerrar”, recuerda.
Daisy reinventa su negocio
No obstante, Daisy no se dio por vencida. En octubre de este año reabrió La Mordida con un menú más reducido y un modelo de atención ajustado a su nueva realidad.
“Vendo esquites, elotes y fresas con crema. También hago buñuelos por pedido. Aunque no me haré rica, estoy más cómoda así, manejando mis tiempos y administrando mi dinero,” explica.
Daisy ha aprendido que el secreto de un negocio exitoso, por más pequeño que sea, radica en la disciplina y la organización.
“Tienes que abrir todos los días a la misma hora y ser constante, y es importante saber cómo administrar los ingresos diarios para poder reinvertir y evitar quedarte sin recursos,” comparte para Tus Buenas Noticias.
Organización y disciplina es la clave
Esta mentalidad la ha ayudado a superar los desafíos iniciales de reactivar su negocio, como volver a posicionarse entre los vecinos y adaptarse a una clientela que ahora prefiere los pedidos a domicilio.
El regreso de La Mordida no ha estado exento de retos. Daisy abrió por primera vez durante la pandemia y, ahora, lo hizo en medio del clima de inseguridad. “Parece que siempre elijo momentos difíciles para emprender, pero eso me motiva a trabajar desde casa y mantenerme activa”, comenta.
Su esfuerzo ha comenzado a rendir frutos; poco a poco, los vecinos del fraccionamiento se han enterado de la reapertura y han vuelto a disfrutar de sus deliciosos antojos. Su constancia y atención personalizada están ayudando a que cada vez más personas se acerquen.
“La clave está en ofrecer productos de calidad y en estar siempre dispuesta a atender a los clientes. Me llena de orgullo ver cómo un pequeño negocio puede generar un impacto positivo”, concluye.
Daisy Sarabia es más que una emprendedora; es un ejemplo de resiliencia y determinación. Con cada esquite que prepara, nos recuerda que las adversidades son una oportunidad para volver a empezar con más fuerza.
