La historia de Rocío, la niña de Culiacán que conquistó el corazón de Claudia Sheinbaum
Rocío compartió con mucha emoción el recuerdo del abrazo y beso que recibió de Claudia Sheinbaum Pardo durante su visita a Mazatlán el mes pasado. Además, vivió otro gran sueño al conocer el mar por primera vez, momentos se convirtieron para la niña en símbolos de esperanza y alegría
Culiacán, Sinaloa.- Rocío, una niña de tan solo 10 años que vive en la colonia Ampliación Las Coloradas, una de las zonas más marginadas de la capital sinaloense, ha demostrado que los sueños y la esperanza pueden superar cualquier carencia.
Su historia es un recordatorio de cómo los momentos simples pueden transformar vidas y sembrar semillas de esperanza.
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En la reciente visita de la presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, a Sinaloa, Rocío logró vivir uno de los momentos más inolvidables de su corta vida, conocer, abrazar y sentir el cariño de la máxima autoridad del país. Con una sonrisa radiante, narró esa maravillosa experiencia.
“Sentí cariño cuando me abrazó y me besó la presidenta de México”, recordó con emoción Rocío el instante en que cumplió su sueño de conocer a la primera mujer presidenta del país.
Rocío siempre había admirado a Claudia Sheinbaum
La había visto en espectaculares, en la televisión y durante su campaña presidencial, pero nunca imaginó que tendría la oportunidad de estar tan cerca de presidenta constitucional de México.
Su madre, Irene de Carmen López, reveló que fueron invitadas a un evento público en Mazatlán gracias a una colaboradora del DIF. Aunque Irene inicialmente no quería asistir por la falta de recursos, sus hijos la convencieron, viviendo el viaje como una gran oportunidad de salir de su popular colonia y conocer nuevos lugares.
“Al evento nos invitó la licenciada Verito, trabaja en el DIF. Ese día se levantaron todos muy temprano, porque para ellos es como salir de vacaciones. Nos fuimos a Mazatlán, regresamos ya tarde, pero ellos felices del viaje, en especial Rocío por el abrazo y beso que recibió de Claudia”, expresó Irene, mujer originaria de Ocosingo, Chiapas.
Durante el evento, Rocío y su amiguita María pidieron permiso para ir al baño. Sin embargo, aprovecharon esa oportunidad para cruzar la valla de seguridad y acercarse a la presidenta. La escena en la que las dos niñas abrazan a Claudia Sheinbaum fue proyectada en una pantalla gigante, lo que llenó de emoción a quienes las observaban.
Sin embargo, Irene, la madre de Rocío, no pudo evitar sentir una mezcla de emoción y preocupación al verlas, ya que sabe que no es nada fácil llegar hasta donde se encontraba la Doctora Sheinbaum. Para ella, el coraje y la determinación de su hija fueron un reflejo del poder de los sueños y la valentía.
“Jamás me contó que deseaba hacerlo, pero siempre ha comentado que admira a Claudia por ser la primera presidenta de México”, compartió Irene.
Conocer el mar por primera vez, el otro gran sueño de Rocío
Conocer el mar, otro sueño cumplido. El viaje a la Perla del Pacífico también fue la primera vez que Rocío y sus cuatro hermanos, (María del Carmen, Daniela, Bernardo y Fernando) conocieron el mar. Aunque no se bañaron, caminaron por la arena y disfrutaron de la brisa marina.
“Aunque mi mamá no nos dejó bañar, fue muy bonito conocer por primera vez el mar”, expresó Rocío con una sonrisa que reflejaba su felicidad.
Una niña llena de sueños
En su humilde hogar, construido con materiales reciclados, Rocío sueña con un futuro mejor.
“Me gusta mucho estudiar. De grande quiero ser maestra, para motivar a más niños a que estudien y alejarlos de las drogas”, dijo con determinación la admirable niña.
Uno de los mayores deseos de Rocío no es un juguete ni un aparato electrónico, sino que su padre, Juan, un albañil que sufrió un accidente en la rodilla hace varios años, logre recuperarse completamente.
“Me gustaría que mi papi se mejore de su pierna. En ocasiones se va renguito a trabajar”, comentó Rocío con aprecio hacia su padre, quién a pesar de sus limitaciones, sigue esforzándose por sacar adelante a su familia.
Irene comentó que Juan necesita una operación. Tras en percance una de sus rodillas quedó fracturada en tres partes, requiriendo la colocación de clavos o una rótula. Aunque su determinación es admirable, hay ocasiones en que regresa muy enfermo del lugar donde realiza sus labores.
A pesar de las carencias, Rocío salta, juega y ríe con la misma energía y alegría que cualquier niña, demostrando que su espíritu no conoce límites.
Con los ojos llenos de ilusión, sueña con un futuro mejor, donde su esperanza y esfuerzo se conviertan en la base de un mundo lleno de oportunidades, donde su felicidad sea el motor de algo grande y hermoso.
Rocío es un claro ejemplo de cómo los sueños, cuando se alimentan de esperanza y valentía, pueden transformar incluso las circunstancias más difíciles.
Su encuentro con la presidenta Claudia Sheinbaum y su primer vistazo al mar no solo fueron momentos inolvidables, sino también símbolos de que las oportunidades, por pequeñas que parezcan, pueden abrir puertas a un futuro lleno de posibilidades.
Con cada paso, Rocío demuestra que la resiliencia y la alegría son fuerzas poderosas. Su determinación por convertirse en maestra, inspirar a otros niños y apoyar a su familia refleja un espíritu inquebrantable que ilumina su camino y el de quienes la rodean.
La historia de Rocío nos recuerda que, incluso en medio de la adversidad, los sueños pueden florecer, y con ellos, la esperanza de un mañana mejor. Su vida es una inspiración para creer en el poder de la solidaridad, la superación personal y el impacto de los pequeños actos de bondad que pueden cambiar el rumbo de una vida.