Bazar Humaya, un espacio local que impulsa la economía familiar en Culiacán
Los vendedores consideran al Bazar como un espacio para mejorar su economía y mantenerse ocupados los fines de semana
En el corazón del sector Humaya, en Culiacán, un espacio ha surgido como un refugio para quienes buscan mejorar su economía familiar, compartir productos y, en muchos casos, mantener ocupada la mente.
Se trata del Bazar Humaya, un punto de venta en el parque lineal del bulevar Enrique Cabrera que, desde su inauguración en el mes de septiembre, se posiciona como un motor de oportunidades para más de 140 vendedores.
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La mayoría de los vendedores son adultos mayores que encuentran en este mercado no solo un ingreso, sino también un distractor saludable para la rutina diaria.
Un proyecto con propósito
La historia del Bazar Humaya comienza con una visión de Karina Márquez, quien desde su trabajo como gestora social, encontró una oportunidad para contribuir al bienestar de la comunidad.
Karina encabezó las gestiones para crear este espacio y ofrecer una alternativa de empleo a personas de su colonia, Infonavit Humaya. Con el apoyo del Gobierno Municipal y su gestión ante la Secretaría de Economía y Participación Ciudadana, se concretó la instalación del bazar.
“Quería hacer algo por mi colonia, y vi en este proyecto una oportunidad para ofrecer un ingreso digno a muchas personas que lo necesitan. Además, al ser un mercado accesible, las personas pueden emprender desde algo pequeño hasta algo más grande con el tiempo”, comenta Karina para Tus Buenas Noticias.
El 14 de septiembre del 2024, el Bazar Humaya abrió sus puertas con 32 puestos. La respuesta fue positiva, y, en menos de un mes, el número de vendedores creció rápidamente hasta llegar a los cerca de 100.
Hoy son más de 140 los puestos que, sábados y domingos, ofrecen desde alimentos hasta productos como ropa, perfumes, accesorios, verduras y productos naturales. Este crecimiento no solo ha beneficiado a quienes venden, sino también a la comunidad, que ha encontrado un punto de compra con productos a buenos precios y confiables.
Una comunidad de apoyo mutuo
Uno de los aspectos más destacados del Bazar Humaya es su impacto en las personas mayores, como Norma Alicia Escandón, una mujer de 74 años que, después de enviudar, comenzó a vender en tianguis de la ciudad, y desde hace tres semanas, se ha integrado al Bazar Humaya.
“Vendo todo lo que ven aquí: ropa, cobijas, accesorios. Esto me mantiene ocupada, y me ayuda a tener un ingreso”, comenta Norma.
El Bazar Humaya ha permitido que personas como Norma Alicia encuentren un propósito y se mantengan activas. “Para mí, vender es una forma de estar sana, de mantener mi mente ocupada. Además, tengo una buena salud gracias a Dios”, explica.
En su caso, además de ser un medio de apoyo económico, el bazar le da la oportunidad de socializar, conocer a otros vendedores y clientes, lo que contribuye positivamente a su bienestar emocional.
La historia de Norma es solo una de las muchas que se repiten en el Bazar Humaya.
Vendedores mayores, como Antonia Hernández y Lupita Somera, encuentran en este mercado no solo una forma de mantener sus finanzas, sino también un espacio donde su actividad laboral les proporciona estabilidad emocional y una rutina que mantiene su salud física y mental.
Un espacio de diversión y oportunidad
Para Cedric Cano, un joven vendedor que también participa en el bazar, la importancia de este espacio radica en la seguridad y accesibilidad que ofrece a la población.
“Es un lugar céntrico, donde la gente puede venir a comprar productos a buenos precios. Además, es seguro, lo que para muchos de nosotros es una prioridad, sobre todo en estos tiempos. Hay variedad de productos y el ambiente es más tranquilo y familiar”, menciona Cedric.
El Bazar Humaya no solo sirve como un motor económico, también representa un lugar de convivencia para los residentes del norte de la ciudad, especialmente aquellos que no pueden asistir a otros mercados más grandes y a veces caóticos.
Este espacio ha sido una solución para quienes buscan artículos para el hogar o ropa a precios accesibles, sin tener que viajar largas distancias.
Más allá de la venta: un proyecto de bienestar
Uno de los proyectos a futuro del Bazar Humaya es consolidarse como un espacio aún más organizado, con un registro formal de cada vendedor, lo que permitirá a los comerciantes acceder a mayores apoyos gubernamentales, comparte Karina Márquez.
El plan a un futuro cercano es que el bazar se formalice aún más a través de una asociación civil que abogue por los derechos de los vendedores y les brinde la oportunidad de obtener financiamientos para mejorar sus negocios.
Además, se trabaja en un sistema donde cada puesto tenga un espacio fijo y asignado, lo que garantizaría una mayor organización y estabilidad para los vendedores.
“Uno de los objetivos más grandes es que cada persona que participa en el bazar se sienta respaldada, no solo por su trabajo, sino también por la comunidad. Sabemos que no es fácil emprender, pero aquí estamos para ayudarnos los unos a los otros”, explica Karina.
Este sentido de comunidad y apoyo mutuo es uno de los aspectos que más valoran los vendedores del bazar.
Muchas veces, las ventas no son suficientes para cubrir todos los gastos, pero el simple hecho de tener un lugar donde pueden compartir experiencias, consejos y hasta historias de vida, hace que el esfuerzo valga la pena.
Un Bazar de todos
El Bazar Humaya se ha convertido en un ejemplo de cómo la comunidad puede unirse para crear un espacio en el que los recursos no solo beneficien a quienes venden, sino también a quienes compran.
Es un punto de encuentro, un motor de desarrollo local y una red de apoyo donde todos tienen cabida, desde los más jóvenes hasta los adultos mayores. Fomentar el empleo y la hermandad entre colectivos mejora de la convivencia social.
