Don Chuy, gran diseñador de presas en Sinaloa que hoy vende tamales con igual pasión
Don Jesús Piña, quien vive en el fraccionamiento Santa Fe, empleó su habilidad como dibujante en los diseños de importantes presas en Sinaloa
Jesús Enrique Piña, conocido cariñosamente como Don Chuy, es un hombre de gran talento y resiliencia. Hoy, a sus 70 años, vende tamales en el bulevar Santa Fe, frente a la secundaria técnica número 90, pero su historia es mucho más que eso.
Don Chuy ha tenido una vida plena en el ámbito laboral, destacándose en el diseño técnico y la construcción de grandes proyectos, como las presas Bacurato, Huites y Comedero, donde su habilidad como dibujante le permitió dejar una huella importante.
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La pasión de don Chuy por el dibujo
Su trayectoria comenzó a los 18 años, cuando ingresó a Recursos Hidráulicos (Conagua), donde trabajó durante más de 20 años. Como dibujante técnico, fue responsable de realizar los planos para la construcción de presas y otras obras de infraestructura.
Su trabajo en proyectos emblemáticos como las presas Bacurato, Huites y Comedero es un legado que dejó en cada línea y detalle que contribuyó al desarrollo de la región.
A lo largo de su carrera, Don Chuy también tuvo la oportunidad de trabajar en el extranjero, específicamente en Arizona, donde pasó alrededor de siete años. Allí se dedicó a la agricultura, cortando uva, pero siempre con el deseo de regresar a su tierra natal.
De vuelta en Sinaloa, se dedicó a su trabajo en Recursos Hidráulicos, y fue en este periodo cuando conoció a su esposa, con quien formó una familia que, en la actualidad, es su mayor apoyo.
La venta de tamales, un ingreso modesto pero necesario
Luego de su jubilación, Don Chuy decidió reinventarse. Hace aproximadamente cinco años, comenzó a vender tamales junto a su esposa en el bulevar Santa Fe. Aunque la venta de tamales es su actual ocupación, mantiene su pasión por el dibujo.
Don Chuy no solo se dedica a ofrecer un producto sabroso, como los populares tamales de camarón y de verduras, sino que también ha demostrado una gran capacidad para adaptarse a nuevos retos, siempre con una actitud positiva.
“Los tamales los hacemos con todo el cariño y con la mejor calidad”, dice Don Chuy con orgullo.
Aunque la venta de tamales no es algo a lo que se haya dedicado siempre, ha logrado conquistar a sus clientes con el sabor y la frescura de sus productos, que ofrece a precios accesibles. Su jornada comienza alrededor de las 6 de la tarde y finaliza cerca de las 9:30 de la noche.
Además, a pesar de la enfermedad que afecta a su hija, Don Chuy sigue siendo el pilar de su hogar, con la disposición de sacar adelante a su familia a través de su esfuerzo diario.
El relato de Don Jesús Enrique Piña es una muestra de cómo la perseverancia y el amor por lo que uno hace pueden llevarnos por caminos inesperados, pero siempre llenos de aprendizaje y satisfacción.
Con sus tamales y su historia de vida, Don Chuy continúa dejando una huella de esfuerzo y dedicación en cada paso que da. Tras su jubilación ha reinventado su vida para seguir siendo productivo. Ahora construye puentes de amistad y es un agente de paz en su comunidad.
