Con esfuerzo y tortillas de maíz, Olga Castro conquista paladares en Culiacán
Una historia de esfuerzo en el fraccionamiento Los Ángeles: Olga Castro, una mujer emprendedora de Culiacán, conquista el corazón de sus vecinos con tortillas de maíz hechas a mano
Olga Castro, una mujer incansable y llena de determinación, llegó al fraccionamiento Los Ángeles hace 20 años, justo cuando el asentamiento comenzaba a construirse.
Originaria de El Trigo, una comunidad situada en los límites de Sinaloa y Chihuahua, Olga se estableció en la esquina de las calles San Dimas y Alhambra junto a su esposo, formando un hogar que ha sido testigo de su incansable espíritu emprendedor.
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Trabajo y esfuerzo, la herencia de sus padres
Desde niña, Olga aprendió a trabajar. Creció viendo a sus padres dedicarse al campo y otras labores, y de ellos heredó su amor por el esfuerzo y la responsabilidad.
“Es la mejor herencia que me dejaron”, dice con orgullo. Esos valores la han acompañado a lo largo de su vida y han sido su guía para salir adelante en cada etapa.
Cuando llegó al fraccionamiento, Olga se ganó la vida vendiendo comida casera a los obreros que construían el sector. Sus caldos, chiles rellenos y guisos no sólo llenaban estómagos, también tejían lazos con quienes compartían el sueño de establecerse en este nuevo espacio.
Más tarde, decidió abrir una tienda de abarrotes que operó durante 15 años. Aunque exitosa, el negocio demandaba jornadas extenuantes que finalmente la llevaron a cerrar para buscar algo más manejable.
Después de pasar por distintos empleos, incluidos trabajos en una plaza comercial y labores domésticas, Olga encontró su verdadera vocación: hacer tortillas de nixtamal.
Olga hace más que tortillas, cultiva amistades
Este oficio, que conoció desde joven en su natal poblado El Trigo, se ha convertido en su principal actividad y en una forma de conectar con la comunidad. Desde las primeras horas del día, comienza a preparar tortillas de maíz y, en ocasiones, de harina, que venden rápidamente entre sus fieles clientes.
“Siempre he trabajado, no sé estar sin hacer algo. Me levanto antes de las cinco de la mañana, y no paro hasta la noche. Es cansado, pero estoy acostumbrada”, comparte para Tus Buenas Noticias mientras relata cómo su rutina diaria combina el trabajo en su casa y la atención a los pedidos de tortillas.
La demanda de su producto ha crecido tanto que, aunque agradece el éxito, reconoce que enfrenta el reto de encontrar una ayudante para poder aliviar un poco su carga.
“A veces me siento cansada, pero el compromiso de atender a mis clientes me da fuerza. Quiero que siempre encuentren lo que buscan cuando llegan aquí”, afirma.
Olga no solo vende tortillas; también ofrece nopales y está considerando agregar más productos a su repertorio, como guisos y otros alimentos listos para llevar. Aunque no utiliza redes sociales para promocionar su negocio, su reputación ha crecido de boca en boca.
A pesar de las largas jornadas, Olga no se queja. “El trabajo dignifica, y es lo que he hecho toda mi vida. Es lo que le agradezco a mis padres, que me enseñaron que con esfuerzo siempre se sale adelante”, reflexiona.
Su historia es un testimonio de perseverancia y amor por lo que se hace. En el corazón del fraccionamiento Los Ángeles, Olga Castro no solo elabora tortillas, sino que también inspira con su ejemplo de dedicación y trabajo. Su fortaleza es ser buena persona. Su dedicación es su sustento.
