Daniel Cruz, el joven guitarrista que pone ritmo a los tianguis de Villa Juárez
Es migrante de Iguala, Guerrero y encontró en la música una forma de entretenerse y ganar un extra en el tianguis los fines de semana.
En los bulliciosos tianguis de Villa Juárez, donde los aromas de comida casera y el trajín de los comerciantes llenan el ambiente, las melodías del joven Daniel Cruz destacan entre el ruido cotidiano.
Acompañado de su requinto y de gran talento musical, Daniel Cruz Villalba es un joven de 23 años originario de Iguala, Guerrero, que ha encontrado en la música regional mexicana una forma de conectarse con la gente y con sus raíces.
Daniel, quien empezó a tocar la guitarra en su natal Iguala, aprendió los primeros acordes de su padre, quien a su vez había adquirido su talento de manera autodidacta.
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"Me enseñó a mi papá todo este tipo de música, él aprendió viendo y de oído. Me mostró los tonos y de ahí fui agarrando experiencia", relata Daniel.
Su historia no sólo está marcada por la música, sino también por el arduo trabajo en los campos agrícolas de Sinaloa, donde emigró junto a su familia buscando mejores oportunidades.
"Cuando empezamos a salir para acá a trabajar en el campo, me inspiré más en la música que se escucha aquí, con canciones que en Guerrero no conocía, como las de Ariel Camacho", cuenta.
Su migración a Sinaloa y Sonora le dieron sentido musical
Daniel recuerda su primer viaje a Caborca, Sonora, donde descubrió nuevos sonidos y agrupaciones como Los Ninis de Caborca, Los Hijos de Barrón y Los Cuates de Sinaloa. Esos estilos se convirtieron en su inspiración para perfeccionar su técnica con el requinto, un instrumento esencial en el género regional. 
Entre semana, Daniel y su familia se dedican a trabajos agrícolas como desbrotar, cortar hortaliza y deshierbar en los campos de hortalizas que distinguen la región de Villa Juárez, a donde cada temporada hortícola migran miles de trabajadores.
Sin embargo, los sábados y domingos, Daniel se transforma en músico itinerante, llevando su requinto a los tianguis de Villa Juárez. Su jornada musical comienza a las 8 de la mañana, cuando los compradores llenan los pasillos, y termina alrededor de las 11:30, cuando el mercado empieza a vaciarse.
Su voz y su requinto resuenan en sitios de comida
El joven artista se encuentra en las fondas y los puestos de comida, sus mejores escenarios, donde su público disfruta de las canciones mientras desayunan. Con su interpretación de temas del regional mexicano, Daniel logra conquistar a los comensales, quienes le agradecen con propinas, cada quien según sus posibilidades.
"A la gente le gusta esta música y sí apoya. Lo bueno es que hay mucha gente que valora lo que hacemos" Comenta con humildad y una sonrisa.
Aunque reconoce que el trabajo en el campo es duro, tocar música le da un respiro y le permite soñar con un futuro mejor.
Daniel Cruz Villalba no sólo pone el ritmo a los tianguis de Villa Juárez, sino que también refleja la esencia de los jóvenes migrantes que, entre trabajo y pasión, encuentran maneras creativas de salir adelante, llevando consigo la riqueza de sus tradiciones.
Daniel sueña con una carrera profesional y seguir tocando lo que le gusta a él y a su público, agradece el amor de sus padres y está dispuesto a ser un agente de paz en su comunidad. Su sentido musical alegra los campos de Sinaloa.
