Con “Shake Bar”, Sonia Sotelo transforma vidas, un batido a la vez en el Centro de Culiacán
Con esfuerzo, empatía y un propósito claro, ha logrado que su emprendimiento no solo promueva la salud, sino que sea un cambio de vida.
Sonia Sotelo llegó a Culiacán hace una década con un objetivo claro: ayudar a las personas. Originaria de Los Mochis, descubrió en su paso por la ciudad una necesidad palpable: la gente buscaba sentirse mejor, física y emocionalmente, pero carecían de las herramientas para lograrlo.
Fue entonces cuando decidió emprender un negocio que hoy no solo es un espacio de salud, sino también un lugar de encuentro y apoyo.
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En busca de una vida saludable
"Hace ocho años inicié con el Club de Nutrición Rosales. Quería ofrecer a las personas un lugar donde pudieran tomar un desayuno saludable, mejorar su digestión y encontrar más energía. Con el tiempo, el negocio evolucionó y ahora es Shake Bar, un lugar donde diariamente atendemos a alrededor de 40 personas", explica para Tus Buenas Noticias Sonia, mientras que en su rostro se dibuja una sonrisa llena de satisfacción.
El negocio no solo sobrevivió a la pandemia, sino que se transformó. "Tuvimos que innovar porque el centro estaba completamente cerrado. Ampliamos el menú y comenzamos a ofrecer snacks saludables, sin harinas, hechos a base de proteína. Es una opción ideal para cualquier persona", detalla.
Sonia no se conformó con impactar únicamente a nivel local. Su esfuerzo y visión han llevado a Shake Bar a expandirse, abriendo sucursales en Los Mochis, Tijuana y Monterrey. Sin embargo, su éxito no se mide solo en números o ubicaciones, sino en las vidas que ha tocado.
"Las personas llegan como clientes, pero lo más importante es que se convierten en amistades. Ellos no se quedan solo por lo que vendemos, sino por lo que transmitimos. Me llena de satisfacción saber que les ayudo a cambiar sus hábitos alimenticios y su forma de pensar", comparte.
Seguir su pasión la llevo a "Shake Bar"
Aunque estudió Derecho y trabajó una década en el gobierno, Sonia decidió dejar atrás esa etapa para emprender y seguir su pasión.
"Antes vivía de renta y andaba en camión. Hoy tengo mi casa y mi vehículo propio, pero eso no es lo más importante. Lo que verdaderamente cuenta es el impacto que tienes en la vida de las personas. Ayudarlas es mi propósito", reflexiona.
Además de liderar su negocio, Sonia utiliza su tiempo libre para formar parte de grupos que apoyan a otros emprendedores. "Es muy bonito ver cómo otras personas sacan adelante sus proyectos. Mi motivación siempre será ayudar y que la gente viva feliz", asegura.
Sonia trabaja de lunes a domingo de 7:00 a.m. a 3:00 p.m. en su local ubicado en Rosales 82, entre Carrasco y Obregón. "Aquí pueden comer sano y sin culpas", invita con entusiasmo.
Para Sonia Sotelo, transformar vidas no es solo un eslogan; es su misión diaria. Como dice ella: "Ayudar de corazón, ser empáticos y enseñar que es posible vivir mejor es mi forma de cambiar el mundo".
