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Alba Rosa Olivas cubre de sabor y aroma con el pan de mujer en Villa Juárez

Los panes tradicionales de la región de Badiraguato sacian el gusto de cientos de villajuarenses cada domingo

24 febrero, 2025
Alba Rosa Olivas deleita con el pan de mujer y coricos en Villa Juárez
Alba Rosa Olivas deleita con el pan de mujer y coricos en Villa Juárez

En una pequeña colonia de Villa Juárez, Navolato, cada domingo el aroma a pan recién horneado invade el aire. Alba Rosa Olivas Higuera, una mujer de 56 años, dedica sus mañanas dominicales a la elaboración de pan de mujer, una tradición que aprendió de su suegra y que ha sido clave en la manutención de su familia.

Originaria de Los Llanos, Mocorito, Alba Rosa comenzó a migrar a Villa Juárez desde los 13 años para trabajar en el corte de hortalizas. A los 20 años se casó con Alberto Iribe Itribe, a quien conoció de joven trabajando también en el Campo Patricia o La Guajira.

Durante años, su hogar fue La Higuerita, Badiraguato, pero con el tiempo y por invitación de su hermana, se estableció en Villa Juárez, en una casa que ella le prestó mientras vive en Estados Unidos. Su esposo dejó el campo para dedicarse al trabajo de albañil.

Pan de mujer en Villa Juárez
Pan recién salido del horno, un deleite para consumidores

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Antes de dedicarme de lleno a la panadería, trabajaba en los empaques de legumbres, pero los constantes episodios de migraña me obligaron a dejarlo al paso de los años. Sin embargo, aun cuando trabajaba, nunca dejé de hacer pan los domingos.


Usan un horno artesanal atizado con leña

Su esposo, quien no siempre tiene empleo en la albañilería, la apoyó construyendo un horno de bóveda, y le ayuda a calentar el horno con leña que él mismo trae desde La Higuerita, Badiraguato, llenando de trancos su camionetita.

Pan de Villa Juárez
Para todo antojo un buen pan de Villa Juárez, Navolato

Su panadería artesanal es un esfuerzo que empieza antes del amanecer. A las 5:00 a.m. inicia la jornada calentamiento del horno, luego viene el amasado de harina, mientras prepara el desayuno.

Pasadas las dos horas de calentamiento del horno comienza a hornear a las 8:00 de la mañana.

Hago pan de mujer y también pan dulce, principalmente panes de calabaza, piloncillo, cajeta, natural y de filadelfia, conchas y versiones integrales para quienes buscan opciones más saludables.


Comenta para Tus Buenas Noticias, que antes de la pandemia, horneaba hasta 15 kilos de harina, pero la demanda disminuyó, y ahora produce alrededor de 9 kilos, además de 2 o 3 kilos de pan integral.

Pan de mujer en Villa Juárez
Con gran dedicación elabora los ricos coricos de harina de maíz

A pesar de los desafíos, Alba Rosa y su esposo lograron criar a sus hijos con el fruto de su trabajo. Su hijo mayor, Luis Alberto, de 36 años, estudió la preparatoria en Culiacán, y cuando regresaba al pueblo, ayudaba con la venta del pan los fines de semana.

Sus otros hijos, Juan Carlos y Jhonatan Bladimir, también crecieron viendo a su madre trabajar incansablemente haciendo el rico pan y los coricos, las roquillas de masa de maíz tradicionales de Sinaloa.

Sus panes y coricos tienen preferencia entre familias

Para Alba Rosa Olivas, la venta del pan es más que un negocio; es un vínculo con la comunidad, pues personalmente hace las entregas entre sus clientes tradicionales, algunos de ellos compran hasta por kilos los coricos y panes.

Pan de mujer mujer en Villa Juárez
Alba Rosa Olivas en la preparación del dulce de calabaza para el pan

También coloca una vitrina fuera de su casa en la colonia Tierra y Libertad y, comenta que ahí muchos de sus clientes son los niños que andan en bicicleta y se detienen a elegir su pieza favorita.

Sin deberle nada a nadie, con esfuerzo y dedicación, Alba Rosa ha hecho del pan su forma de vida. En un pueblo donde la migración es la esencia de la comunidad, ella es un ejemplo de trabajo y armonía.

Su historia es la de muchas mujeres que, con sus manos y su corazón, sostienen a sus familias y preservan las tradiciones.

Alba Rosa Olivas no ha amasado fortunas con su negocio, sólo amasa la harina que se convierte en deleite para la comunidad, demostrando que el trabajo honrado siempre da buenos resultados. Con cada pieza de pan endulza la vida cumpliendo antojos entre migrantes y residentes.

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