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El arte de hacer nixtamal: La historia de Jesús Alberto Nava y su molino en Culiacán

Jesús Nava mantiene viva la tradición del nixtamal en Culiacán con su molino, esfuerzo y pasión por el maíz

28 febrero, 2025
Jesús Alberto Nava, quien por años manejó su propia tortillería, hoy tiene un molino industrial de nixtamal en la colonia Díaz Ordaz, por la Hilario Medina.
Jesús Alberto Nava, quien por años manejó su propia tortillería, hoy tiene un molino industrial de nixtamal en la colonia Díaz Ordaz, por la Hilario Medina.

En la colonia Díaz Ordaz, en Culiacán, Jesús Alberto Nava Hernández ha dado vida a un negocio que combina tradición, esfuerzo y una pasión inquebrantable por la cultura del maíz.

A sus 55 años, Jesús ha decidido continuar con el legado de su familia de comerciantes tortilleros, estableciendo su propio molino de nixtamal en la calle Hilario Medina, entre Heriberto Jara y callejón Sexto.

Jesús Alberto Nava aprovechó su experiencia en la industria de la tortilla y el nixtamal para montar su molino en la Díaz Ordaz, por la calle Hilario Medina, a cuadra y media de La 20.

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En este espacio, no solo ofrece harina de maíz para tortillas, gorditas y atoles, también vende elotes en distintas presentaciones, facilitando a las amas de casa la preparación de tamales y otros platillos típicos.



Mientras platica sobre su negocio, Jesús pone a un lado el libro 1Q84 de Haruki Murakami, una de sus lecturas favoritas, que le brinda paz y enriquece su vocabulario. La lectura, comparte, es un hábito que cultiva con constancia, encontrando en ella un refugio entre las jornadas laborales.

El arte del nixtamal es una tradición familiar

"Este negocio es pequeño, pero lo atiendo con dedicación", menciona Jesús a Tus Buenas Noticias, quien trabaja de lunes a viernes de 7:00 a 15:00 horas, los sábados hasta las 14:00 y descansa los domingos.

"Aquí en mi casa tengo poco, antes estaba por el bulevar Américas, en Villa Universidad, pero solo vendía elotes en la vía pública. Ahora decidí montar este molino aquí, en mi casa, para ofrecer un servicio más completo y no estar pagando renta", detalla.



El negocio ha ido creciendo poco a poco. "Al principio las ventas eran escasas, pero en diciembre la demanda aumentó considerablemente. En Navidad y Año Nuevo, la molienda de elote tuvo mucha concurrencia. Afortunadamente, la gente nos va conociendo y va regresando", dice contento.

La lectura del libro 1Q84 de Haruki Murakami, es de las favoritas de Jesús; le brinda paz y enriquece su vocabulario, afirma.

La atención al cliente hace la diferencia: Jesús Nava 

A pesar de los retos, Jesús encuentra satisfacción en su trabajo. "Es un oficio honrado. Me permite vivir dignamente y ofrecer un producto de calidad. Lo más importante es el trato amable a los clientes, porque eso hace la diferencia".

Con 36 años de experiencia en la industria de la tortilla, Jesús recuerda con nostalgia los tiempos en que su familia elaboraba tortillas exclusivamente con nixtamal. Incluso, él tuvo su propia tortillería, pero la competencia desleal y los cambios en la industria lo llevaron a cerrar su tortillería durante la pandemia.

"Muchos tortilleros comenzaron a vender casa por casa en motocicletas, afectando a los negocios establecidos. Al final, tuvimos que cerrar".



Creador de su propio molino

Pero lejos de rendirse, Jesús encontró en su conocimiento del nixtamal una nueva oportunidad. Además de manejar el molino, él mismo fabrica las herramientas necesarias para su negocio, aplicando sus conocimientos en herrería y plomería.

"El reto principal es la paciencia y la constancia. Hay días buenos y otros difíciles, pero lo importante es mantener la calidad y el compromiso con los clientes", dice con determinación.


Atender su molino de nixtamal en casa, le permite a Jesús tener mayor tiempo para él, además de ahorrarse el pago de renta.

Con la mirada puesta en el futuro, Jesús sigue promocionando su molino, repartiendo volantes y aprovechando plataformas digitales. Su historia es un testimonio de resiliencia, trabajo arduo y amor por las tradiciones mexicanas. Y con cada molienda de maíz, sigue construyendo un sueño que alimenta a su comunidad.




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