Comunicación Consciente
9 octubre, 2023
Por AC --
Estamos inundados de noticias negativas, falsas, mentiras, exageraciones, notas manipuladas, escándalos, escritos de mala fe, etc.
Todos haciendo propaganda a alguien o a algo.
Tratando de vendernos "productos", ideas, odio, engaños.
La comunicacion siempre ha sido así, desde hace muchos siglos.
Los engaños y manipulación se usaban para ganar guerras, conquistar, robar, etc.
Pero en los últimos 20 años esto se ha incrementado.
Con las redes sociales y el internet, millones de personas están comunicando noticias.
Muchas buenas, positivas, agradables, etc., pero también muchas malas.
Es imposible controlar la legalidad, la ética o la moral.
También es contraproducente restringir la libre prensa o comunicación.
Se presta a un control excesivo del estado.
Coarta los derechos humanos de las personas.
¿Qué nos queda hacer?
No nos dejemos llevar por las corrientes del odio y la polarización.
Dejemos de leer a quienes solo critican.
A quienes solo están tratando de atacar, denigrar y desacreditar a sus adversarios.
A quienes nos quieren manipular.
Sus enemigos no son nuestros enemigos.
No tiene caso ir acumulando enemigos y odios.
Yo seré el perjudicado.
Busquemos medios éticos, morales, buenos, positivos, agradables.
Los que a nuestro juicio digan la verdad.Los que alaben y reconozcan las buenas acciones de las personas.
Los que encuentren lo bueno del mundo para copiarlo o alegrarnos.
Aquellos que realmente investiguen, recopilen, entrevisten y hagan bien su trabajo.
No solo críticas a la ligera.
Las comunidades que se apoyan, que se reconocen mutuamente progresan más.
Las que no se pelean entre sus miembros.
Las que se respetan.
Las que valoran y reconocen lo bueno que hace cada individuo.
Porque todos hacemos cosas buenas, y malas.
Busca las buenas noticias, alégrate la vida y contribuye al progreso de tu comunidad y país.
Entremos a la era de la Comunicación Consciente, responsable, respetuosa.
En nuestras manos está, tener el poder de decidir a quién queremos leer y a quién no