La Adversidad: Un elemento esencial para mejorar
El camino hacia el éxito: esfuerzo y determinación
Cuando escuchamos la palabra adversidad, nos vienen a la mente una serie de imágenes o ideas negativas, como por ejemplo: la tragedia o la mala fortuna, la cual, de manera natural, el ser humano nunca la quiere experimentar.
Sin embargo, la adversidad en un significado mucho más amplio, nos remite a la superación o el acto de confrontar todo aquello que se opone para cumplir un objetivo en nuestras vidas.
Lo positivo de las adversidades
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Es por medio de la adversidad que podemos movilizar una serie de valores, actitudes y conocimientos que se requieren en el momento justo, que la situación 'adversa' lo exige.
Como un simple ejemplo, cuando un estudiante presenta un examen – la adversidad en ese momento- le requiere movilizar los conocimientos y habilidades que previamente ha adquirido en su propio proceso educativo.
Claro está que nuestra vida no es tan sencilla o fácil como el presentar un examen académico, pero, el día a día, es decir, la vida cotidiana, es una especie de examen que requiere toda nuestra atención, nuestros conocimientos y también nuestras habilidades –previamente adquiridas- de otras experiencias anteriores en nuestra propia vida.
El reto de enseñar a superar las adversidades
Quizá, el reto actual para nosotros como padres y madres de familia, es enseñar a nuestros hijos e hijas, que es 'necesario una oposición en todas las cosas'.
Que la adversidad o las pruebas son necesarias –y no pueden ser evitadas- para desarrollar 'la mejor versión de uno mismo', y que el dolor, la incomodidad o el sacrificio son parte fundamental para lograr las metas que se propongan en su propia vida.
¡Lo bueno cuesta! Y lo que perdura en la vida también.
Una carrera exitosa, una bonita familia o un patrimonio económico, no se construyen de la noche a la mañana, se requieren años de paciencia, determinación, sacrificio, incomodidad, constancia y una firme convicción de que lo que se hace, es lo correcto.
Definitivamente no hay éxitos en esta vida sin esfuerzo y menos atajos fáciles y sin esfuerzo alguno.
Veamos a la adversidad como la oportunidad de aprendizaje y desarrollo del gran potencial que como seres humanos merecemos.